Electroneurobiology : Brain/mind issues : Physical production of the different affects : History. (Partly in: Castellano, Français, Deutsch, English.) First Text Sub-page (of three).

Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires

Hospital Neuropsiquiátrico "Dr. José Tiburcio Borda"

Laboratorio de Investigaciones Electroneurobiológicas

y Revista

Еlectroneurobiología

ISSN: 0328-0446

 

Sinopsis de esta página – Synopsis of this page

Aquí abajo encontrará – Here below are:

1. Noticia general - 2. ¿Qué es electroneurobiología? - 3. La atmósfera intelectual (all in Spanish) - 4. Main Technical Ideas /Conceptos técnicos principales (English and Spanish) - 5. El descubrimiento de la Doppelrinde (German and Spanish).

6. 1883: el primer mapeo con electricidad en todo el mundo ­durante ocho meses! de un cerebro humano consciente, realizado en San Nicolás, Provincia de Buenos Aires (Spanish).

7. Table of Contents (partial) of "Sensing: a new fundamental action of nature" (English) - Índices.

 

Copyright © 1991, 1993, 1994, 1996 del autor o los autores / by the author(s). Todos los artículos en esta página son de acceso público; su copia exacta y redistribución por cualquier medio están permitidas bajo la condición de conservar esta noticia y la referencia completa a su publicación incluyendo el nombre del autor (si se menciona; en caso contrario se indicará "Editorial, Electroneurobiología") y la URL (ver arriba). / Every of these articles is an Open Access publication: verbatim copying and redistribution of it are permitted in all media for any purpose, provided this notice is preserved along with the article's full citation, including autor (if mentioned; otherwise, "Editorial, Electroneurobiology") and URL (above).

 

 

1.General notice (Spanish) Noticia general

 

El 17 de julio de 1899 llegó Christofredo Jakob a este laboratorio, flamante por entonces. El sabio venía de Erlangen, a insertarse en el proyecto de forjar nuestro país sobre sólidas bases científicas. Proyecto crudo, de trasplante sin rodeos, a menudo al borde del prejuicio de creer que el criollo, solo, no podría lograr nada. Pero Jakob se quedó hasta morir -cincuenta y siete años-, formó familia, afectos y casi cinco mil intelectuales; exploró regiones ignotas de la Patagonia y los Andes, y produjo descubrimientos científicos tan adelantados que muchos fueron re-descubiertos en el extranjero entre treinta y sesenta años después, y otros hoy marcan el futuro rumbo de la ciencia del órgano cerebral.

Lake Christfried Jakob - Lago Christofredo Jakob, Rio Negro, Patagonia Argentina

Lago Jakob y Refugio General San Martín, Río Negro. El profesor Dr. Christofredo Jakob exploró con detenimiento la zona del Tronador, así como la de los lagos Moreno, Nahuel Huapí y la zona de Pampa Linda. Fue el descubridor del bellísimo lago que años después Otto Meiling bautizó con su nombre.

2.¿Qué es electroneurobiología?

El estado de los campos eléctricos cerebrales es la vía común adonde desemboca la neuroquímica.

 

Toda la complejidad neuroquímica del cerebro se vierte sobre el estado de sus campos eléctricos. Sus doscientas mil especies químicas, sus casi doscientos neurotransmisores y neuromoduladores, se hallan al servicio de esculpir un estado dinámico en esos campos eléctricos. (No es necesario explicar todo esto aquí; pero, para connoisseurs, cabe consignar que lo hacen por vía de las fluctuaciones integradas de los orbitales electrónicos en reacción a la movilización fisiológica de portadores de carga). Las variaciones de estos campos eléctricos, acoplados con otro campo cuyo estado aporta la resolución temporal, determinan las diferentes caracterizaciones subjetivas (emotivas, o "movientes", como placeres y dolores; o sólo señalantes, como muchas perceptualidades al estilo de tonos y colores; o bien combinadas) que el alma lee.

La electroneurobiología no es ninguna ciencia del alma, de cuyos arcanos todo lo ignora excepto que no lee química: las producciones del cerebro que directamente generan caracterizaciones subjetivas no son moléculas ni sus reacciones, sino los estados del segundo campo acoplados con el colectivo electrónico a cuyo estado contribuye la presencia de aquellas moléculas y reacciones. Átomos y moléculas suelen reaccionar entre sí y la selección natural selecciona sus organizaciones, pero éstas y aquéllas son sólo excusas instrumentadas para modular, en los organismos controlados por psiquismo, los contenidos sensoperceptuales (noémata, plural de nóema). Independientemente de su "lectura" o aprehensión (nóesis).

La electroneurobiología busca describir en qué difieren los estados físicos que generan la aprehensión-de-un-rojo, de los que generan la aprehensión-de-un-miedo, o de un verde, o de un placer, o de cierto olor, cuando estas sensaciones son imaginadas, recordadas o percibidas. También busca describir en qué difieren todos ellos de la “carencia” de contenidos de consciencia, cuando fármacos que producen anestesia general (por sí mismos, o "gatillando" receptores) tornan más flúida la membrana que compartimenta al tejido gris. ¿Cómo afecta este cambio a aquellos estados físicos que generan las diferentes caracterizaciones subjetivas, impidiéndoles obrar? ¿Les impone un estado similar al dormir sin soñar, a ese sueño profundo que el electroencefalograma de mamíferos reconoce por sus típicas ondas lentas sin que por ello deje de afirmarse la mentación? ¡En reptiles ese mismo registro encefalográfico denota que el animal está de lo más despierto! Todos los psicolépticos que empleamos, todos los agentes de anestesia general que utilizamos, son eficaces, pero no sabremos de qué manera logran su acción hasta no describir, allende su química, esos procesos electroneurobiológicos. Y no sólo hasta no describirlos tal como son en la actualidad, sino además tal como han sido en su desarrollo evolutivo: es cuestión de describir, por ejemplo, la selección natural del dormir llamado profundo (impelida con el desarrollo immunitario de la defensa febril, en el Jurásico); o de la producción de procesos sobre nuevos ejes variativos (en distintas formas animales) donde nuevas especies de emociones hayan podido intensificarse y luego remitir, de modo de permitir a su vez la selección natural de la oportuna producción de estas variaciones afectantes en las diferentes situaciones típicas de las biografías.

Hoy todavía apenas conocemos por qué se duerme con pérdida de conocimiento (o de retención) y desconocemos por qué se sueña, de dónde viene el relato de un sueño, el guión de un delirio, el contenido de una alucinación, el efecto de los psicofármacos, la fulmínea acción de la anestesia general o de un leve enfriamiento cerebral, el que ciertas moléculas producidas por un cerebro en cierto estado produzcan depresión y otras moléculas euforia, y aun otras una extraña ternura. Curamos, y seguiremos curando, sin ese conocimiento; identificaremos genes, los que producen ciertas moléculas, y otras fuentes que asimismo allegan disrupción química al órgano cerebral, y podremos hasta contrarrestar sus efectos cuando los juzguemos deletéreos. Pero un avance realmente magno exige establecer qué estados físicos producen qué caracterizaciones subjetivas. Electroneurobiología es aquella rama de la neurobiología centrada en esta crucial pregunta.

Drs. Christfried Jakob (Christofredo Jakob, Cristofredo Jakob) y Raúl Garabelli Raul Garabelli Copyright© 1984, 1993

El profesor Dr. Christofredo Jakob y el Dr. Raúl Garabelli (con el Cebus) acompañados de una de las alumnas del Profesorado en Filosofía (1943). Detalle, fotografía del frontispicio (que se reproduce íntegramente aquí abajo) en Crocco, M., "Cómo el tejido neurocognitivo genera fenómenos psicológicos", FFyL, Universidad de Buenos Aires, 1984. Copyright© 1984 by M. Crocco, reproducida con autorización.

 

1943: Drs. Christfried Jakob (Christofredo Jakob, Cristofredo Jakob) y Raúl Garabelli Raul Garabelli Copyright© 1984, 1993

3.La atmósfera intelectual

El viejo Hospicio de las Mercedes (desde hace ya mucho Hospital Dr. José Tiburcio Borda) y el algo más viejo Hospital de Alienadas (ya también tradicionalmente Hospital Dr. Braulio Aurelio Moyano), son hospitales docentes. Contiguos, uno dedicado principalmente a varones y el otro a mujeres, han recibido y reciben pacientes neurológicos y psiquiátricos, de patologías simples o, muy a menudo, combinadas (las que, por ende, no admiten separación asistencial). Son docentes porque su función, aparte de curar, es enseñar a curar, básicamente por convenio con las principales casas de altos estudios; y para enseñar investigan. Nuestra patria nunca ha sido tan colosalmente rica como para abandonar la investigación fundamental, pagando sus noticias a complacientes proveedores foráneos; y si la abandonara nunca será rica. Hacia épocas de la primera Guerra Mundial, sin psicofármacos y en un necesario auge del hospitalismo, cada Hospicio cobijaba unos seis mil pacientes (hoy la cuarta parte, pero por internaciones harto más breves, atendiendo así a muchos más pacientes) y, para corroborar e interpretar las observaciones en los vivos, proporcionaba casi cuatrocientos cerebros por año. Acompañado por lo común cada uno con su historia clínica, redactada con acuciosidad y penetración. Ninguna otra institución humana provee ésto a la humanidad. Fue y es, así, en sus autopsias, que los muertos enseñan a los vivos. Pero aprender requiere contextuar, y esos estudios neurobiológicos tomaron aquí contexto en una transdisciplinariedad humanístico-científica, de amplitud renacentista. Caracterizóse así la mayor tradición neurobiológica hispanoamericana, conocida informalmente como Escuela Neurobiológica Argentino-Germana, ligada por estrechos vínculos con la tradición normalista argentina, con la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires y con la Facultad de Humanidades de La Plata, con el Círculo Médico Argentino y con la Sociedad de Psicología de Buenos Aires, con la rica tradición paleontológica platense y con las investigaciones del Jardín Zoológico municipal, con la Sociedad Científica Argentina, con la Asociación Nacional del Profesorado y con las labores en criminología y medicina legal, a más de las correspondientes facultades del área biomédica. La inédita fecundación mutua se sostenía en el compartido maravillarse acerca de qué es persona, y en la compartida conciencia de la necesidad de los recursos intelectuales ajenos para obrar. Dimos así a prensas en Europa la mayor publicación argentina de resultados investigativos hasta la fecha (los dos volúmenes Das Menschenhirn y Vom Tierhirn zum Menschenhirn: Lehman Vlg., Munich, 1911) y aportamos importantísimas contribuciones, algunas mencionadas más abajo en esta misma Página; a menudo, olvidadas en el extranjero por nuestra situación, remota para ellos, y por el empeño en imprimir en nuestra lengua.

1949: Ramon Ramón Carrillo Juan Perón Peron Braulio Moyano Braulio Aurelio Moyano Ricardo Guardo Saruf Copyright© 2005 Electroneurobiología

Desde la derecha, S. E. el Sr. Ministro de Salud Pública de la Nación, Profesor Dr. Ramón Carrillo, el Sr. Jefe del Laboratorio Dr. Braulio Aurelio Moyano y el excelentísimo Sr. Presidente de la Nación General de División Juan Domingo Perón, con otros médicos (extrema izquierda, Dr. Ricardo Guardo, quien presidiera la Hº Cámara de Diputados; con saco, Dr. Sarruf, muerto posteriormente a manos de un paciente), de visita en este Laboratorio el 16 de agosto de 1946. (Imagen Copyright© 2005 Electroneurobiología; puede reproducirse citando la fuente con su URL original). Tal como antaño ocurriera debido a integrar investigadores de conocida militancia política o ideológica, tales como Alicia Moreau y José Ingenieros, la tradición neurobiológica argentino-germana ha sido apostrofada con etiquetas erróneas referidas a todo el espectro político-ideológico – por lo común simultáneamente – generándole no pocas dificultades. Estas siempre fueron aceptadas como un mal necesario. En efecto, por su pensamiento crítico, los verdaderos científicos no pueden permanecer como "tropa propia" de nadie. Cabe recordar al respecto las palabras de quien secundara al Dr. Braulio Moyano como segundo jefe del Laboratorio, Dr. Arturo Carrillo, recordando a su hermano Ramón, archivo sonoro que puede escucharse o descargarse desde aquí.

Copyright© 2005 Electroneurobiología - Pío del Río Hortega Pio del Rio Hortega Braulio Moyano Juan Obarrio Ramón Carrillo Ramon Carrillo

Ramón Carrillo (sentado, extremo izquierdo de esta "instantánea"), con Braulio Moyano (de pie, con corbata rayada), Juan Obarrio (a mano derecha de Moyano; Obarrio, luego Director de la Asistencia Pública de la ciudad, era jefe en el Hospital "Bernardino Rivadavia" del Servicio de Neurología y Psicopatología para tratamiento de psicópatas no internados y casos agudos psiquiátricos) y otros distinguidos colegas, rodeando a don Pío del Río Hortega (sentado al centro) en este Laboratorio (1943). Uno de los aportes de del Río Hortega permitió a nuestra tradición relacionar el control ciliar con la evolución del cerebro. La primera cilia (o cilio) que se observó moviéndose rítmicamente sobre una neurona fue visualizada en 1916, en Madrid, por Pio del Rio Hortega y este hecho, la presencia de cilias o cilios con movimiento sobre las neuronas cerebrales, impulsó en la década de 1960 las investigaciones que resultaron en la perspectiva de la evolución de la acción del sistema nervioso sobre el psiquismo a partir del sistema eléctrico de control de los cilios utilizado para dirigir la natación y así cazar en ciliados (Ciliophora) precámbricos, perspectiva ésta desarrollada en la Escuela argentina por Mario Crocco. (Se encontrará este itinerario conceptual resumido en "Alma 'e reptil"; véanse los hipervínculos al final de esta página). A su vez, en el escenario así expuesto, la conexión observada entre atención, memorabilidad y recobros de las amnesias evidenció que, por sí solos, los medios eléctricos derivados de ese control ciliar no podrían haber originado las alteraciones en resolución o acuidad temporal con los cuales el cerebro afecta la aprehensibilidad de las variaciones sensibles que origina en el psiquismo o mente, describiendo los cambios relevantes que acaecen en el medio circundante. Ello originó ulteriores investigaciones resultantes en la localización de las interacciones de los psiquismos con el órgano cerebral y los medios de su modificación en la desatención, los trastornos de consciencia y el dormir. (Entre los varios artículos de Electroneurobiología dedicados a este tema, pueden consultarse "On minds' localization", "Effects ..." y "A treinta años de la patente británica UK 1582301: inserción del psiquismo en el arco sensoriomotor", todos en la lista de hipervínculos que figuran debajo en esta misma página.)

Prof. Dr. Diego Luis Outes

El profesor Dr. Diego Luis Outes sucedió a Braulio Moyano en el liderazgo de nuestra tradición. Trabajó en este Laboratorio durante cuarenta y tres años, desde 1943 hasta 1986, y actualmente (2006), a veinte años de retirarse a su ciudad natal en el trópico argentino, Salta, continúa desde allí sus investigaciones. Además de la jefatura del Laboratorio, se desempeñó como catedrático titular de Anatomía y Fisiología del Sistema Nervioso y profesor adjunto de Cínica Neurológica en la Universidad de Buenos Aires y desde 1973 hasta 1982 fue director del Centro de Investigaciones Neurobiológicas del Ministerio de Salud.

Prof. Dr. Mario Crocco - clase al aire libre

Siguiendo la tradición, parte de las clases siempre se dictaron al aire libre, en los parques que integran este Monumento Histórico Nacional. Abajo, el profesor Dr. Mario Crocco en un momento de las mismas. (Imágenes Copyright© 1991 FNA, Copyright© 2005 Electroneurobiología; pueden reproducirse citando la fuente con su URL original).

Professor Mario Crocco

A diferencia de otras tradiciones investigativas cuyo trabajo en neurociencias se realiza fundamentalmente con, por ejemplo, ratas o nematelmintos, los aspectos filosóficos nunca pudieron estar ausentes de la investigación y la enseñanza impartida en esta tradición neurobiológica. Abajo, una alumna del Profesorado reflexionando acerca de la cadacualtez con ayuda de Flavia y Xanthe, dos hermanas fallecidas a poco de nacer en un solo cuerpo postcervical (xyfodymia) circunstanciadas Flavia al cerebro derecho y Xanthe al izquierdo. El tema asignado a la alumna incluía la diferenciación entre alma aristotélica (una para ambas gemelas) y existencialidad (dos en el caso; por más detalles sobre esta temática, véanse los trabajos titulados "Effects ..." y "Alma 'e reptil", buscando en ellos el término técnico "cadacualtez", así como "A Palindrome: ..." sección 2, titulada "Minds' cadacualtic features" ). (Imagen Copyright© 1991 FNA, Copyright© 2005 Electroneurobiología; puede reproducirse citando la fuente con su URL original).

Xyphodymy (xifodimia, xifodymia, cifodimia, xyphodimie) sisters Flavia and Xanthe help study Aristotle's soul concept (alma en Aristóteles Aristoteles Seele anima Aristotele âme Aristote) - Copyright© 1991 by FNA - M. Crocco

 

Para imprimir las secciones precedentes o leerlas en formato papel, puede descargar un archivo .PDF o .DOC. De igual modo, algunas partes de las dos secciones que siguen también se hallan en esos formatos. El trabajo que se leerá inmediatamente, parte castellana de "Conceptos técnicos principales", puede descargarse cono .PDF o como .DOC. La penúltima sección, sobre la primera estimulación eléctrica prolongada de un cerebro humano vivo y consciente, realizada en San Nicolás entre el 15 de septiembre de 1883 y mayo de 1884, cuenta también con archivos .PDF y .DOC para imprimirla por separado. Al estudiante se recomienda realizar una primera lectura completa de esas tres secciones junto con el resto de esta página .htm y, luego, imprimirlas en otro formato para su estudio desde papel.

 

4.Main Technical Ideas - Conceptos técnicos principales:

Definición de psiquismo y de conocimiento sensible, retención de las memorias, evolución del sistema nervioso y relaciones mente-cuerpo o nexo psicofísico, en la Escuela Neurobiológica Argentino-Germana (AGNT)

Mariela Szirko

Materiales del Profesorado Superior en Neurociencias, Psicología y Filosofía (1991)

 

La tradición neurobiológica argentino-germana (AGNT en su acrónimo inglés), también conocida como escuela neurobiológica argentina, es una tradición académica en neurobiología que data de fines del tercio medio del siglo dieciocho. Aportó descubrimientos históricos a las neurociencias y proveyó formación en el área a unos cinco mil profesionales argentinos, sobre todo médicos, filósofos, psicólogos, profesores de humanidades y maestros normales. La tradición opera en relativo aislamiento de las neurociencias angloestadounidenses - sobre las que tuvo una pequeña influencia sólo durante la primera mitad del siglo veinte, en cuestiones técnicas aisladas - y de los estudios angloestadounidenses de las relaciones cerebro-mente ("consciousness studies"), donde no ha tenido influjo.

 

Perspectivas de la AGNT sobre cerebro y psiquismo. Una razón de esta exigua influencia puede ser el hecho de que la AGNT trabaja en base a un paradigma diferente tanto en lo tocante a las relaciones cerebro-mente cuanto en lo que atañe a la definición científica de la vida.

Donde las neurociencias angloestadounidenses acostumbran considerar, como "consciousness", cierto fenómeno no raramente estimado puramente funcional, que se manifiesta en cada cerebro consciente como resultado de la actividad de ese cerebro, en cambio la AGNT ve una eclosión o pop-out similar a la que pone en existencia ("blinking into and then out of existence") cada partícula virtual o real en escenarios microfísicos, a partir de los campos físicos ocupantes del "vacío" que todo lo llena. El surgimiento de tal psiquismo, también llamado existencialidad, no está pues relacionado con las capacidades funcionales del cerebro: no es producto ni de la complejidad del substrato (idea usual en la neurociencia angloestadounidense) ni de su simplicidad (como en la Escolástica). En consecuencia, donde la neurociencia angloestadounidense usualmente ve una consciousness fenoménica que sólo con el desarrollo se constituye al componerse por sucesiva adición de contenidos mentales, los cuales son sus únicos elementos constitutivos y están determinados por la actividad del cerebro, la AGNT en cambio ve una entidad en la naturaleza que ya difiere, de otros individuos de su misma clase, antes de adquirir (por diferenciación interna a lo largo de los intercambios causales con el ambiente, sean estos iniciados psicológicamente o bien extramentalmente) su particular menú de contenidos mentales.

Las disparidades siguen. En la neurociencia angloestadounidense con frecuencia tal "consciousness" sólo se relaciona con la conducta como un observador de las transformaciones neurales de los estímulos que llegan. Tal observador no hace nada más que observar, de modo que el sistema mente-cerebro es creído tan sólo un transformador, que desarrolla pasivamente un aprendizaje modulado por su acumulación interna - o memoria - de previos intercambios. Allí, donde la neurociencia angloestadounidense a menudo ve una "consciousness" puramente reaccionante o reactiva, de modo que todo lo que dicha "consciousness" hace es sólo padecer la sucesiva transformación de los contenidos mentales previamente adquiridos a partir de la pasada actividad cerebral, la AGNT en cambio ve un originador de series causales realmente nuevas.

Para denominar este rasgo característico, la tradición argentina utiliza un viejo término del comercio de esclavos y ganado, semoviencia, bastante fuera de moda en inglés pero retenido en castellano, así como en italiano y otros idiomas. Dicen así que el psiquismo es semovientemente esemplástico (semoviently esemplastic), denotando con ello que la existencialidad, por la eficacia causal de su semoviencia, enfoca su atención sobre algún sector de sus contenidos mentales y diversamente combina este sector con otros o con sus propios subconjuntos. Esos actos de combinar, igual que en la escuela de Jean Piaget, se denominan "operaciones mentales". Esta variación atencional semoviente inaugura conducta corporal externa cuando tal operación se lleva  a cabo sobre ciertos sectores de contenidos mentales causalmente relacionados con algunas áreas cerebrales (las áreas "motoras": por ejemplo, al mover un dedo); o bien imaginando o reimaginando cuando, en cambio, dichos sectores de contenidos mentales están relacionados con áreas que sólo generan estados cerebrales a los que el psiquismo reacciona sensorialmente.

Parte pues la AGNT de distinguir en la naturaleza series causales que meramente se continúan y, en contraste, series causales que se inauguran o se terminan, como cuando alguien inicia un movimiento voluntario o su cuerpo le produce una sensación. Esa distinción es estimada esencial también para que cada organismo dotado de psiquismo pueda discernir los efectos de las propias operaciones semovientes, distinguiéndolos de los efectos de series causales externas. Según la AGNT, esa distinción es indispensable para que cada animal empsiqueado, durante su desarrollo intelectual, aprenda a caracterizar las regularidades extramentales ("cosas") según las características causales internas propias de las cosas mismas, referidas en un concepto para cada clase de cosas. Logra así epigenéticamente cada animal el ajuste epistemológico adaptativo de sus conocimientos: lo que el animal conoce llega a adecuarse a la presencia o ausencia y algunos atributos genuinos de cosas biológicamente relevantes. Estos dos rasgos característicos (psiquismo eclosional compuesto no solamente por contenidos mentales; y semoviencia genuinamente originativa, responsable de la adecuación epistemológica) drasticamente oponen la escuela argentina a otras perpectivas tales como, por ejemplo el constructivismo radical (radical constructivism) y la autopóiesis, que por no advertir la semoviencia llegan a creer imposible distinguir, en la experiencia general, entre ilusión y percepción.

En la AGNT, el enlace psicofísico causal-eficiente es considerado una parte pero de ninguna manera todo el nexo psicofísico o vínculo entre el observador y su cuerpo. Esa porción, la reciprocación psicofísica causal-eficiente, es reconocida como causalmente efectiva porque, se afirma, la eficiencia causal de la existencialidad o psiquismo es ontológicamente idéntica a la eficiencia causal que opera fuera de las mentes y entre ellas; o sea, en el hiato hilozoico. Esta denominación, hiato hilozoico, denota a toda la naturaleza en cuanto eventúa entre las localizaciones más inmediatas de los observadores, localizaciones que se reseñan más abajo. En tal hiato hilozoico entre las localizaciones de los psiquismos, la causación es siempre transeúnte o transitiva, de modo que ninguna serie causal realmente nueva se origina allí, excepto por la eclosión o pop-out de nuevos psiquismos y partículas microfísicas como, por ejemplo, las portadoras de la acción causal de los campos de fuerza. En contraste los psiquismos, una vez eclosionados, son estimados tanto fuentes como sumideros de acción causal. Su semoviencia les permite discrecionalmente poner, o bien no poner, algunas modificaciones físicas en la naturaleza o en su menú de contenidos mentales; y su sentiencia o capacidad de sentir les permite, aunque no discrecionalmente, dar terminación a la eficiencia causal de las series causales externas que llegan a la interfaz cerebro-psiquismo. Los psiquismos son pues sources y sinks, fuentes y sumideros de acción causal.

Es así que en la AGNT se define al conocimiento sensible como el agotamiento o exhaución de una eficiencia causal. Las sensaciones son reacciones entonativas, o entonaciones (Christofredo Jakob), del psiquismo, mientras que las operaciones semovientes son acciones que movilizan dicha única eficiencia causal compartida a través de la frontera localizativa entre las operaciones de cada psiquismo y el hiato hilozoico extramental.

El conocimiento sensible es un caso de aprehensión gnoseológica simple (otro caso, que no se pormenorizará aquí, es el del conocimiento de los propios actos que uno mismo semovientemente lleva a cabo, caso que según la AGNT difiere en que es también reaccional pero no entonativo). Tal caracterización en la AGNT permite definir la aprehensión gnoseológica en general - es decir, cualquier acto de conocer o acto noético independientemente de quién sea el psiquismo que lo está realizando - como el rasgo característico de las interacciones eficientemente causales por el cual las reacciones generadas entonan no-estructuralmente a la entidad reaccionante (psiquismo) en rangos cuya manifestación exhaústa la eficiencia causal de dichas interacciones.

No obstante, mientras la neurociencia angloestadounidense encara como único posible significado de "una localización de la consciousness", o de las interacciones psicofísicas, cierta localización cerebral anatomicamente fija, la AGNT considera una móvil: una localización que, para decirlo con más precisión, se mueve a velocidad cercana a la de la luz. De este modo su movimiento, llamado relativístico, en la medida que el mismo varía levemente bajo el acople con el estado cerebral, en este escenario puede introducir desconexiones entre los cursos de los eventos percibidos y los extramentales; por ejemplo, desconexiones tales como la incapacidad de recordar lo que fue experienciado en desatención, y la irresolubilidad de eventos externos propia del dormir. En esta perspectiva, tanto la fisiología cerebral, adonde el psiquismo eclosiona como su más inmediata circunstancia extramental, por una parte, y por la otra dicho psiquismo allí eclosionado, modifican la velocidad de esas partículas físicas. Cerebro y psiquismo, pues, modulan esa velocidad, cada uno por vía independiente; y, con ello, modulan la saliencia o noergia (interpretabilidad operativa) de los sectores de contenidos mentales sensoriales. La modulación  derivada de la acción del cerebro se establece en el acople con su fisiología, que es materia de buena parte de la investigación experimental en electroneurobiología. Así, donde las neurociencias angloestadounidenses buscan una localización estacionaria de los procesos psicogenéticos en el cerebro (correlato neural de contenidos mentales particulares, neural correlate of particular mental contents), la AGNT en cambio enfoca un substrato que se mueve veloz. La variación de su movimiento - de origen bien fisiológico o bien psicológico - agrega capacidades funcionales al organismo viviente.

Siempre en esta perspectiva, otras capacidades funcionales provienen de la diferencia entre las realidades extramentales y los psiquismos. Fuera de los psiquismos, se señala, la masa inercial adquirida por algunas pero no por todas las partículas elementales instauró una evolución astrofísico-biológica, en la cual los procesos temporales fueron pronto capaces de extenderse más allá de la escala espacial microfísica. En contraste, ningún curso temporal cursa dentro de los psiquismos (ya que sus diferenciaciones internas no interactúan entre sí con autonomía ni presentan masa inercial diversificada, elementos estimados necesarios para instaurar un curso temporal). Pero las estructuras operacionalmente articuladas de diferenciaciones internas de cada psiquismo o contenidos mentales, es decir las mentes (minds), pueden referirse a su recepción secuencial de señales exteriores con cualquier resolución ("temporal") permitida por sus operaciones internas. Así los psiquismos establecen una mímesis interna, de las exteriormente cursantes secuencias causales del tiempo y de su "paso" transformativo ("pace") en la escala de tamaños macroscópicos. En la AGNT las mentes son pues dichas xenocrónicas, o ajenas a cualquier curso temporal causalmente real pero capaces de imitarlo.

Esto implica que, mientras la neurociencia angloestadounidense considera a las memorias como algo grabado en el cerebro, la AGNT las considera diferenciaciones de cada psiquismo (contenidos mentales). Son imborrables simplemente porque en las mentes no hay curso temporal para deshacerlas, desfigurarlas, desmontarlas, desvanecerlas, suprimirlas o aniquilarlas. Todas estas transformaciones "de las memorias" en realidad son propias sólo del evocarlas: del proceso psicofísico que debería conducir a su reimaginación. Dependen de su interpretación operativa (es decir, de la interpretación en términos de operaciones mentales). Esta transforma toda sensación en percepción y se supedita a la resolución temporal (establecida por la transformación relativista) o atención con que se recibe cada nueva experiencia, tratándose de operaciones que asimismo comandan la puesta del estado cerebral en las condiciones que permiten al psiquismo reaccionar sensorialmente para reimaginar o evocar al recuerdo en cuestión.

La perspectiva de la AGNT subraya que, mientras la unidad de un ser viviente proviene de su integración orgánica o convergencia de subprogramas (subprogram's convergence) que lo contrapone con su entorno y con sus endosimbiontes, la unidad experiencial en cambio proviene de la distinción de cada psiquismo circunstanciado respecto a cualquier otro. Esta última distinción es intrínseca. Hace a los experienciantes incanjeables y, aunque no puede ser completamente vislumbrada o hecha inteligible por el lenguaje, puede ser ostendida, al pensar en otra existencialidad que eventualmente se encontrara sintiéndose en sus reacciones y moviéndose circunstanciada al cuerpo propio de uno y diferenciada en los previos contenidos mentales ("memorias") propios de uno - siempre siendo otra. Tal particular condición o recíproca alteridad de cada psiquismo eclosionado, aun antes de que el mismo comience a generar con el desarrollo su particular menú de diferenciaciones internas o contenidos mentales, se denota con el nombre de cadacualtez.

En suma, para la AGNT, mientras los experienciantes, psiquismos o existencialidades son cadacuálticos, los cuerpos donde ellos eclosionaron no lo son. En consecuencia, la unitariedad del cuerpo viviente es extrínseca - proviniendo, como se ha dicho, de su integración orgánica o convergencia de sus subprogramas. Ninguna integración paralela como sistema o disposición (arrangement) sistémica de contenidos mentales podría haber proporcionado una integración similar a los psiquismos - que ya son cadacuálticos y, por tanto, incanjeables - debido a la inhesión de los contenidos mentales. Esta inhesión consiste en su primordial ser en uno o bien en algún otro psiquismo, pero nunca por sí solos. Valga la redundancia, los contenidos mentales son mentales. Son incapaces de permanecer fuera de alguna existencialidad (to stand alone), o sea que no pueden existir sin pertenecer a ningún psiquismo. Por ejemplo, este rojo es de la experiencia de Marisa mientras aquel rojo (que podría ser sensacionalmente idéntico al de Marisa) es de la experiencia de María Eugenia y no tiene nada que ver con Marisa. En otras palabras:

·   mientras los componentes internos de un cuerpo viviente pueden no inherir (to stand alone), son fungibles o intercambiables uno por cualquier otro de su clase, y carecen de todo vínculo recíproco intrínseco,

·   en cambio las diferenciaciones internas de una existencialidad o psiquismo primariamente son de este o de aquel psiquismo particular y no pueden ser transferidas a ningún otro, de modo que ya participan de la unidad provista por la cadacualtez de la entidad experienciante o psiquismo al que pertenecen.

Esta distinción naturalmente se olvida cuando - tal como aún hacen algunos biólogos - "experiencia" resulta entendida como si significara input ambiental específico.

 

Perspectivas de la AGNT sobre la evolución del sistema nervioso. La AGNT, en forma acorde, también presenta la evolución filogenética del órgano cerebral de modo diferente a la neurociencia angloestadounidense. La perspectiva de esta última es hodológica, es decir que enfatiza las trayectorias neurales u hodologías, por cuanto sus reconstrucciones evolutivas se centran en la selección natural de circuitos cerebrales adicionalmente singularizados por sus particularidades fisicoquímicas. En cambio la AGNT descubre allí una evolución doble, o paralela. Puede resumírsela como sigue.

Casi dos mil millones de años ha, en tiempos proterozoicos, ciertos microbios acuáticos similares a las amebas (protamoebas) aprendieron a controlar cilias parásítas que hospedaban en su superficie. Pudieron así propelerse sueltas en el agua, nadar e imponer cambios de dirección - y pronto llegaron a capturar presas con la eficiencia necesaria para vivir de la caza. Las cilias antes fueron bacterias libres, afines a las espiroquetas (Spirochaetae). Tras haberse habituado a parasitar esos microorganismos huéspedes (protamoebas), dejaron la condición de parásitos y se hicieron simbiontes del hospedador, integrándose luego a su desarrollo. Esta aplicación de cilias para perfeccionar la predación fue lograda por medio de la modulación de los campos eléctricos ubicados a la base de las cilias, en aquella capa interna del cuerpo del hospedador que lo bordea bajo su superficie, en antepasados de todos los animales actuales. La apariencia de dichos antepasados comunes no debe haber sido demasiado diferente a la de los actuales paramecios y otros Ciliophora actuales, aunque estos provienen de otro linaje evolutivo, morfológicamente convergente. La modulación no local (es decir, referida a toda la superficie de la protamoeba), de los valores instantáneos locales (bajo cada cilia) de ese campo eléctrico, se ejecuta generando oscilaciones en la concentración de diversos iones y dejando interferir sus patrones oscilatorios, lo que forma correlogramas o dibujos de moiré. La textura y la dinámica de los descendientes de esos dispositivos en organismos pluricelulares con tejido cerebral, hoy, es materia de otra buena parte de la investigación experimental en electroneurobiología.  Sostiene la AGNT que mucho después de su aparición, hace unos 900 millones de años, ese dispositivo de modulación eléctrica fue seleccionado para interactuar con psiquismos eclosionados allí, ya que tal dispositivo permitía generar diferencialmente contenidos mentales (entonaciones sensoriales, emotivas o no) útiles para inducir conductas tanto adaptativas como inadaptadas al medio. Al mismo tiempo, en una selección paralela, evolucionaron los trayectos intracelulares y multicelulares (circuitos nerviosos), proveyéndole, al animal ya empsiqueado, de kinesias o combinaciones conductuales predeterminadas. Por selección natural en paralelo (coevolución kinesiógeno-estesiógena) se refinaron evolutivamente tanto las hodologías kinesiógenas cuanto la producción, por modulación de la dinámica del campo electromagnético, de estados estesiógenos: aquellos a los que el psiquismo allí circunstanciado reacciona entonándose.

En tal escenario, sostiene la AGNT, posiblemente las entonaciones emotivas (emociones) fueron las primeras cuya producción se seleccionó, haciéndolo después las señalativas o menos emotivas. La semoviencia inicialmente ha de haber obrado siempre adaptando la conducta particular a lo solicitado en forma genérica por las emociones. Recién al seleccionarse las entonaciones señalativas y florecer los desarrollos intelectuales pudo crecer su distancia operativa de la emocionalidad.

Las kinesias eran y son en sí mismas ajenas al experienciar existencial, mientras en cambio las conductas antes mencionadas - aquellas en las cuales los estímulos perdían su eficiencia causal originando entonaciones sensoriales gnoseologicamente aprehendidas (emotivas  y señalativas) y, en tal situación, el psiquismo ponía, por sí mismo, nuevas series causales para continuar el arco sensoriomotor - eran y son gnoseologicamente aprehendidas y conscientes. Aunque en algunos caminos evolutivos y relaciones ambiente-organismo no haya surgido ninguna ventaja adaptativa en seleccionar y refinar ese dispositivo de modulación eléctrica que permite la regulación por psiquismo, o la misma se haya revertido volviendo a dejar en la articulación de kinesias el nivel más superior de control orgánico, para otros animales las cosas fueron distintas. Tal conducta consciente, afirma la AGNT, fue evolutivamente seleccionada para superar las limitaciones propias de las máquinas de Turing (las que operan sólo cuando tienen instrucciones definibles) en organismos que habitan nichos ecológicos altamente variables. Es decir, allí donde no se pueden definir de antemano todas las pautas a seguir y, por eso, "trocar accidentes en oportunidades" se hizo esencial para la supervivencia.

 

La definición de psiquismo. En la AGNT se define a los psiquismos como las realidades que se transforman en el tiempo basándose en una selección de sus antecedentes antes bien que sobre todos ellos. Uno de sus autores lo resume como sigue:

"Toda la naturaleza es actual sólo en un instante dado, y cada situación presente determina su propia transformación en el tiempo; las situaciones inexistentes no pueden determinar causalmente ninguna transformación. En tal contexto, una de las bases de la física en escala macroscópica es que, debido a que - cuestiones cuánticas aparte - empíricamente se halla que toda indeterminación en ella ha de aplicarse a eventos futuros, cuando se determina cada próxima transformación la situación actual o última es equivalente a toda su historia precedente. En contraste, los psiquismos cambian bastante diferentemente: las mentes, existencialidades o psiquismos son las realidades que se transforman sólo en base a una selección de sus respectivos antecedentes; no necesariamente en base a todos ellos. Esta es la definición objetiva de psiquismos en general, ... En contraste, las cosas situadas entre la finitud de los psiquismos (o cosas que componen el hiato hilozoico, esto es todas las extramentalidades tales como vientos, rocas, hongos, árboles y computadoras, para las que ninguna variación en la cantidad o distribución de movimiento puede ocurrir como efecto de fuerzas internas) inevitablemente usan toda su respectiva historia, físicamente equivalente a la última situación alcanzada por la cosa en cuestión, para transformarse a medida que el tiempo transcurre. Así, mientras todos sus ayeres se empaquetan en sus hoy, todos nuestros mañanas son nuestros para forjarlos. Hallando el hecho bruto de esta selección, la física encuentra en la naturaleza la aprehensión  gnoseológica y la semoviencia que llevan dicha selección a cabo. Descubre que ambas vienen juntas, en eclosiones discretas circunstanciadas, cuyas acciones eficientes y cuyas reacciones se hallan constituyendo los fenómenos naturales que nosotros, cultivadores de las ciencias naturales, tratamos de describir y comprender."

Esta definición de psiquismo es equivalente a conceptuarlos como aquellas realidades que cambian en base a más de una situación presente por vez, fórmula breve empleada por Mario Crocco en 1971. Además, al menos teóricamente, todos los componentes causal-eficientes simultáneos que forman los cuerpos vivientes podrían intercambiar sus lugares, incluso de una galaxia a otra, y son reciprocamente substituíbles o fungibles, mientras que como ya se apuntó idénticas sensaciones en diferentes psiquismos (el mismo rojo imaginado por dos diferentes psiquismos, por ejemplo) no pueden siquiera ser soltados, despegados o desempotrados de tal psiquismo - menos aun, ser luego transferidos a algún otro para allí cumplir "funciones equivalentes" (fungibilidad). De este modo los contenidos mentales son, pues, reciprocamente insubstituíbles, o sea inherentes. Así que la organización biológica no puede engendrar psiquismo. No obstante, aunque la mayoría de los organismos vivientes permanecen no empsiqueados, los psiquismos pueden indeterminablemente ocurrir (eclosionar) circunstanciados a organismos vivientes. La entidad que reacciona exhaustando la eficiencia causal del estímulo y aprehende gnoseologicamente su propia reacción como una entonación sensoria de su ser, es la incanjeable realidad del psiquismo: no el organismo fungiblemente compuesto, al cual tal psiquismo eclosionó circunstanciado como al sitio particular desde donde habrá de interactuar con la realidad extramental. En tal caso, el organismo es dicho no sólo viviente sino asimismo empsiqueado o constituyendo con tal y tal psiquismo y no con ningún otro una unidad existencial corporizada o que dispone de cuerpo. Pero ni su vida viene de su psiquismo, existencialidad o alma, ni este de aquella. La organización biológica por ello contrasta y se contrapone no sólo a la materia inorgánica sino también a los psiquismos y la AGNT sostiene, pues, que podemos reflexionar confiadamente sobre minerales y sobre seres vivos aparte de los psiquismos. Su consideración claramente los distingue y, a los tres, del conocimiento con que estos últimos tienen experiencia de sus entonaciones sensoriales.

Ahora bien, una organización biológica es siempre una particular parcela de naturaleza. Esta sucesivamente involucra diferentes componentes; cuando un psiquismo eclosiona a interactuar con la naturaleza a través de dicha parcela, cada resultante unidad existencial corporizada es una unidad. La AGNT enfatiza el resultante monismo antropológico. Esto significa que, tal como tener dos piernas no torna a los organismos intrinsicamente duales o dualistas, tampoco integrar un particular psiquismo eclosionado a una organización viviente de materia inorgánica constituye una entidad dual o dualista, porque su rasgo esencial característico es la interrelación constitutiva incambiable o incanjeable.

Para terminar, son de notar algunas razones que llevaron a la tradición argentina en neurobiología a diferir así de la angloestadounidense. El platonismo inglés fue de suma influencia en la cultura de su país desde el siglo XVII. En esa línea John Locke (1632-1704), que en otros puntos disentía del platonismo, describió las relaciones de un cuerpo, con el psiquismo que se encuentra en dicho cuerpo, como si esas relaciones sólo consistieran en causalidad eficiente, de modo que - siguiendo el ejemplo propuesto por Platón, de un timonel que puede encontrarse en cualquier navío que ocasionalmente timonee - cualquier psiquismo podría haberse encontrado a sí mismo en cualquier sistema cerebro-cuerpo: afectados mutuamente sólo en la medida en que el timonel mueve la rueda mientras el barco lo mueve a él. Ninguna otra clase de relación podría existir en ello. El nexo entre un alma o psiquismo y su cuerpo o parcela de naturaleza sería así puramente accidental y, con esto, la relación cerebro-mente habría de consistir sólo en causación eficiente.

De esa manera quedó encubierta, o fue dejada fuera de consideración, la posibilidad de una relación intrínseca de cada experienciante o psiquismo con el cuerpo (o parcela de naturaleza, de componentes velozmente mutables) en la cual el psiquismo se encuentra, antes que más bien en cualquier otro cuerpo - un asunto a veces denotado como el problema de "por qué siempre me despierto detrás de mi nariz, antes bien que detrás de alguna otra". En escenarios platonistas o lockeanos no es posible considerar que cada realidad experienciante o psiquismo (a) sea ya diferente de cualquier otro antes de su haberse desarrollado en diferenciaciones cognoscitivas internas (porque la ciencia platónica sólo puede serlo de especies y géneros, o Ideas; en su perspectiva, no hay similar ciencia de individuos, que no podrían existir como Ideas particulares sino que se constituyen por intersección de Ideas); y que (b) tal experienciante o psiquismo pueda estar constituído con cierta interna relación particularmente orientada hacia determinado cuerpo (lo que incluye la situación, lugar y momento histórico en que dicha parcela de naturaleza o cuerpo existe organizado) y no hacia ningún otro cuerpo (esto, ahora, porque el nexo psicofísico es creído pura causación eficiente). La platónica respuesta de Locke fue que en ello sólo existe un accidental enchufamiento ("plugging in") o conexión extrínseca cuerpo-alma, descartando toda conexión intrínseca.

Cerrados como Locke los ojos a esta posibilidad, David Hume (1711-1776) apuntó que la causalidad eficiente no proporciona ninguna impresión sensoria. Hume no podía saber que, más de siglo y medio después, los aportes de Max Planck en 1900 llevarían a explicar por qué eso ocurre (la razón es que la causación física es discreta o cuántica, de modo que al enactuar el cambio que causa ella se gasta toda y nada queda para también causar, adicionalmente, una impresión sensoria de la acción causal misma). Pero Hume además declaró que la causación eficiente tampoco proporciona una impresión sensoria cuando el agente que obra causalmente es el mismo sujeto. Esa descripción académica, sin genuina causación eficiente ni extramental (en el hiato hilozoico) ni intramental (semoviencia), fundamentó la reducción de los psiquismos a sus contenidos mentales ("mentes"); estas con el tiempo serían así presentadas como puramente fenomenales y la vida, pues, como mero sueño, sea este un sueño privado (subjetivismos) o el de un Lógos eterno que se sueña en nosotros (subjetivismos-transcendentalismos, como en el Idealismo alemán).

La denegación humeana de la causación eficiente resultó de importancia en la Ilustración, con la controversia contra naciones cuyo poderío político se beneficiaba con ciertas creencias religiosas de su pueblo dependientes de la efectividad de la causación (por ejemplo, la capacidad intrínseca del pecado para atraer castigo en una existencia postmortal, asociada a la palabra "alma" cuyo denotado, por ello, pasó a ser substituído por el citado concepto de "mente"). Pero hacia 1821 Maine de Biran inició una reacción crítica, mostrando, contra lo que Hume había aseverado, que la causación eficiente en realidad brinda impresiones cuando el agente causal es el mismo sujeto observador. Con ello, ya no pareció más obligatorio describir los psiquismos como meras mentes o colecciones de contenidos mentales, asunto filosófico que ya por entonces era de relevancia política para la construcción de poder en las clases ilustradas.

Haciendo aquí a un lado esta conexión política que ocupó y ocupa la mayor parte de estos estudios, señalemos que la investigación neutral y científica del tema se benefició con el concepto de Christofredo Jakob de "entonaciones subjetivas". Tal designación, como sabemos, se aplica a las sensaciones, pero, si estas entonan algo, entonces lo que está siendo entonado difiere de sus entonaciones. Esta perspectiva de los psiquismos como algo diferente de sus contenidos mentales evolucionó, ante todo en discípulos de Jakob, como la mencionada noción de cadacualtez. Mientras tanto, la perspectiva Locke-Hume engendraba una línea de neurociencia teórica que no admite que cada mente y su particular cuerpo puedan intrinsecamente constituir una unidad juntamente con y aparte de sus interacciones causales; a su vez estas interacciones, en tanto la mente es también considerada epifenomenal, se reducen a la influencia corporal sobre las experiencias o estados de la mente. (En una historia paralela, conectada con la lucha contra el tiempo de algunas culturas que no ha de detallarse aquí, las mentes son a veces creídas incapaces de poner en la realidad actos causales en base a modificaciones internas auto-iniciadas. Eso postula que los observadores en la naturaleza son del todo epifenomenales, o sea incapaces de introducir perturbaciones y aun menos de inaugurar series causales absolutas, ideología que asimismo halla empleo político.) En consecuencia, las conexiones de una mente con el cuerpo extramental en el cual se encuentra a sí mismo el psiquismo que internamente se diferencia también a sí mismo formando dicha mente, son creídas de naturaleza exclusivamente causal-eficiente, similar a la energía provista a un artefacto electrodoméstico para que funcione – cuadrando magníficamente con el ya citado "plugging in".

Tal perspectiva implica que los psiquismos (que esa perspectiva reduce a sus mentes o diferenciaciones internas) - y el núcleo íntimo de la gente, pues - son nada más que los contenidos mentales que pueden ser causalmente generados por sus respectivos cerebros. La sentiencia (la entonabilidad de las mentes), la semoviencia (la capacidad de las mentes de inaugurar acciones causales eficientes en base a fuerzas internas) y la circunstanciación (el hallarse cada mente a sí misma en no otro cuerpo) son de tal modo presentadas como altamente problemáticas y su investigación es usualmente relegada. Al contrario procede la tradición neurobiológica argentino-germana. Su perspectiva, del enlace psicofísico causal-eficiente que forma una parte (pero no la totalidad) del nexo psicofísico que vincula cada psiquismo con el organismo donde eclosiona, es aun poco conocida fuera de la región, aunque sus conceptos están hace tiempo integrados en programas curriculares argentinos de instituciones estatales y privadas.

 

 

 

[Lo siento; tengo esta página en construcción y todavía no pude traducir al castellano el siguiente texto. Pero provee el conciso panorama conceptual debido a quien quiere saber técnicamente de qué se trata. Pertenece a la obra de Alicia Ávila y M. Crocco "Sensing: a new fundamental action of nature" (Inst. for Advanced Study: Buenos Aires, 1996), pág. 22 a 26, y puede citarse consignando esa fuente. Más abajo reproduzco también el índice de ese libro - Sorry: I still have this page on its making. I have had no spare time to render the following paragraphs into Spanish. Yet they afford the succint conceptual landscape owed to whom wishes to know what the matter is about. They are excerpted from the synoptic monograph from Alicia Ávila and M. Crocco "Sensing: a new fundamental action of nature" (Inst. for Advanced Study: Buenos Aires, 1996), pp. 22 a 26; they may be citated quoting such a source. The table of contents of that book is also reproduced hereinafter.]

 

Iron-branded by an all-penetrating naturalist-humanist transdisciplinarity which, for scientific furtherance, demands the personal sensitivity proper to wrestle with philosophical and culturological problems (that is to say: peculiarly understood, not as a juxtaposition of specialists, but in the sense cultivated, say, by Weber, Fechner and von Helmholtz), a rather secluded South-American tradition in neurophysics waxed much bent on what, afterwards, became called bioelectricity and dielectrics.

It was prepared by local studies of potent "fish batteries" and ensuing chemoelectricity theses, still in the XVIIIth century; and by Faraday’s and Young’s "new physics", as imparted in the "unforgettable lessons" by dielectricist Octavio Fabrizio Mossotti, from his Experimental Physics chair in Buenos Aires between 1828 and 1835.

This last was the same year that, in Paris, Felix Dujardin first described the intracellular milieu, such awesome jelly lacking visible composition yet doubtlessly organized, as "une substance appelée sarcode"; at whose ability, when making brains, of bringing sentience-contents forth, we never omitted wondering. As the tradition became the so-called Argentine-German Neurobiological School, incepted since 1879 though fully fledged only since 1899, this endeavour struck roots in momentous electroneurobiological experiments. I. e., in the much-needed, worldwide-first electrostimulation mapping of an exposed, conscious human brain heroically prolonged during eight months (from September 1883 to May 1884) against overwhelming odds that risked the subject's death and the experimenter's loss of career and marriage, and silenced over a century by a medical-politician plagiarist. [It is detailed in the next heading on this Page: MS] In this traditionated atmosphere, contrarily to the aforesaid obloquious conviction, some of us (initially the physicists), in the past thirty years reacted against those adventitious limiting features in neurodynamics.

In doing it, no doubt indeed mostly by dint of our very remoteness, these physicists felt uncompelled by the most cumbrous cultural expectancies.

Certainly, neither behaviourism nor neuronism thundered here. (Behaviourism was expressly rejected in 1907: Alicia Moreau de Justo, "La vida y los fenómenos psíquicos", El Libro (Buenos Aires) 2 (1907), 363-371.)

Nor emergentistic theories, pronouncing psychisms to be mere perspectives or equivalent "aspects" own of some higher level description. Or either (upon certain grasping of the physical being as an "observer"-posited logical predication, that "instantiates properties" (Nota 3) and, accordingly undistinguishing the causative actuality of the present from unexisting future or past situations, abandons the notion of absolute time at all) pronouncing psychisms to be "productive creations" whether of the mere complexity (hodologies) or of the mere simplicity (immateriality).

Nor, outlooks glad to forgo natural facts by self-limiting to analyze formulations and their use, as if being physical just were to be the value of a variable; or, barely, an excuse for making true and false (including universally and existentially quantified) statements about them.

Nor the derisive natural-philosophy vogue, of minding one-witness, causally-effectual physical facts as "qualia" or "unreduced phenomenal properties", whose privacy is arbitrarily equated to powerlessness. (Nota 4)

Yet, we were also stimulated by certain explosive internal conceptual tension regarding time.

This conceptual tension was bequeathed by one of the tradition's founders. A gifted polymath, as all them, he was also the tradition's harbinger and chief mentor. That founder was a neurobiologist devoting himself since 1906 to model neuropilar psychogenesis (neuropil is the bulky "fiber" feltwork, or drenched craticula, interjacent amidst the neurons’ bodies) on reverberating interference patterns as collective or gestalt excitation modes, whose interference defines segmentations localizable, translationally invariant, and mutually impenetrated. His name was Prof. Christfried Jakob (1866-1956). As an anatomist who conceived organisms as self-relaxing oscillatory systems, he acutely sensed the prelation of time processes to yield spatial aggrupations, including what he called representational atomicities.

So Prof. Jakob emphasized the time-kerned seriation of chemodiffusion carrier waves making sensorimotor rhythms, as the periodic forcing (of coupled nonlinear oscillators) foundation of the spatial anatomy. Just like as interfering neuroactivity defines segmented contents. Not inversely, as on more "stocky", still customary anatomical building blocks.

Both in evolutionary and developmental differentiation and in actual functioning, Jakob’s principle to describe any biological organization of physical effects (Nota 5) was the epicyclic modulation of concentrational oscillations of chemoreactants into cycles, rhythms, kinesias, praxias, gnosias and symbolias (a series of technical terms to be made clearer on subsequent pages), ranked encaptically as biochemical carrier waves each bearing the next —"waves woven on the backs of waves"— and localized, through self-compartmentation, onto successive scales. (In fact, "time scales" do not exist. Space or simultaneous dispersivity has extramental scales, time no, and contrarily to quantities of force or multitude, "quantities of time" not exist: nature self-appends from site to site, not self-attaches from instant to instant, so "more than one present" is but a present reference, a way of talking, discounted as such only by said taking the physical being as a posited predication, devising logic as a fundamental structure underlying physical interactions, or hypostasis; howbeit —in fact— in this universe proper predication not suffices to acquire actuality. All this shall concern us below). Thus, Jakob conceived anatomophysiology as what today would rather fit a dynamic quasi-fractality of epicycles forcing a pattern-forming diversification of frequency-locking regimes, locked to the physical feasibilities for body operation over each durational scale. It makes anatomy continuous from slowly-changing osteology to the intentional combination of alluded representational atomicites; from tertiary molecular structures down to bodily acclimatization.

Far off any iterative, fractal routine, yet these frequency-locking regimes force a temporal organization in the series of cycles, rhythms, kinesias, praxias, gnosias and symbolias, where the originating cycles could nowise be infinitesimal. In it, Jakob posited the boundary conditions that fix the differential production of the "intonations" which experience is non-indifferent to (= the evolutionary selection of the correlation with the survival and reproduction of the life cycles, of: fury, pleasurefulness, fear, grief and other target-linking emotions, lust, sleepiness, hunger, thirst and other rebalance-appetizing states, as well as the non-emoting but signalizing sensoperceptual intonations; a tie that Jakob called biophylaxis), neither in any special subcellular device, nor in any other, even more complex arrangement implemented on a larger scale; but in the resonant coupling of those concentrational oscillations, on which kerned (= nested one within another) modulations are adaptively impressed.

It must be taken into account that deploying the "atomic" contents which the brain provides for a thought; displaying a blinking; moving an arm; growing a bone; deploying the contents of the chest in embryogeny, and modifying the patterns of life cycles in phylogeny, could not have been deemed intrinsically different processes in the anatomo-physiological exposition of said series of cycles, rhythms, kinesias, praxias, gnosias and symbolias. Their peculiarities are mainly proper of scales of situational transformation, or "interval scales".

This mutual relativity of their "epicycled" dynamics shows up certainly in regulations attained outside psychisms. E. g., in the compliant accommodation of the castes of eusocial insects. Each of whose specialized "forms" compounds the dynamics of both (I) "static" morphologies —namely, the maturation to different categories of soldiers and workers— and (II) a repertoire of fixed neurobiological sensibilities that, by default, behave in each task whose need for the colony is pending of "appeasing" at the moment (that is: is currently demanded to such caste’s level of ganglionary sensibility, with no individual simulating any strategic course of the colony). In life cycles, morphology is deployment. Omnipresently. It orchestrates diverse intrinsic celerities. Sometimes it behooves, methodologically, to artificially focuse just on some pair of supporting-supported causal levels (assigned as "structure and function": the more flitting running as the less "substantial", or functional); sometimes, to highlight the entire fractal-like succession of their "epicycled" kernings.

The biological regulations attained by way of psychism do not situate themselves differently, although they implement different physical means. Sentience and semovience are amongst the interactions present in the system. As Jakob described the psychogenetic landscape in 1907, two or three lustrums after the rediscovery (1890/96) and international examination (here it was done by Richard Sudnik and Mariano Alurralde) of Caton’s publication in 1875 of his finding of electric oscillations intrinsic of the brain activity (Nota 6), the cycles and rhythms at the basis of the above morphogenetic series, reputed by that time of a chemoelectrical nature onto which a further vital fluid might (or might not) have added its own tensional state and relaxations, ratified the fundamental anatomo-physiological role of the physical oscillations. How do they causally compound themselves?

As Jakob portrayed them, these oscillations in the psychism-supporting brain tissue do initially segment a sort of standing waves, sustained by patterns of local neuroactivity which not pertain to a single, particular mental content but, as the "standing waves" interfere or "encroach their feet", enter to cast many. Unmindful allusion to bounded wholes foreruns object perception. Needfully. Though non-locally distributed on tissue’s volume and reciprocal interval reference, these plurally-used "standing waves" are to be observed as local quasi-periodicities of the nervous "ébranlements". Yet, they at once enter their mutual, transforming interactions.

Which include those of the sentience, or physical interactions that produce their nomical effects through their affecting a non-indifference constitutively circumstanced thereto. Psychisms operate repositioning segmented objects composed by that sort of standing waves plus their experienceable intonations, and so they do not process natural symbolic representations of more elementary data. The existential to be, namely that one which allows other psychisms, with diverse contents, to be more or less like it (the difference coming from the different contents, the sameness from their existential being), and which is absent from extramentalities (whose being is, therefore, not existential), indissociably appears in nature with the intonations, whose extramentality admits to be causally swayed by other extramentalities. This sort of "standing waves", sustained by reverberating neurobiological macro- and microcircuits, interpenetrate whilst their temporal organization constitutes that system of segmented, or individualized, stationarities that Jakob also called representational atomicities, whose constitutive interactions include the mentioned sentience’s effects.

Notas (De los párrafos citados; en la publicación se hallan todas a pie de página, con la numeración indicada. / Notes of the quoted pages; they are all footnotes in the printed work, numbered as follows):

3. The physical traits, characteristically featured by any sort of real thing —i.e., a photon, as different from an electron—, differ from that thing’s existence or inexistence. Being or instead not being is a brute factuality. As such, the determination of actuality is really foreign to, and not included in, any physical determination of features. Yet no entity lacks identity. This determination of features —even a cosmological evolution of the causal resultances, or even evolving modalities of interaction compounding causation differently at each stage and eventual branch— just distributes regularly the brute empirical fact whereby there is something rather than instead nothing at all. That assortment of new features is variegated because actual physical things (the quantum field system and eclosions) do not form a homogeneous stuff, as they really —not just as instrumentally posited by classical physics; see below in the main text— are of diversified sorts (= each real physical thing is thus found finite), so making nature a "universe"; whereas their determination of inexistence or existence (= of their present actuality or "interactivity") depends on that any reality really exists, and thus cannot consist in said variegation of attributes that "instantiates properties". Howbeit complexified might said variegation be. Present actuality is not in turn variegable. Only entire. And fully real; or, either, wholly absent. The existence apportioned in the physical, finite realities is never finite in itself, partial, just specific, or incomplete. Correspondingly, finite entities are never defined after their existence. Neither the physical determination is causative of actuality (of its field system or of singular eclosions) nor actuality’s causation is just predicative of features. This distinction, obscured because the causal determination of features never runs apart of actuality (= never runs as if the features were forerunning things, to become amalgamated), is however noticed in the Western thought up from Aristotle (Analyt. Hyst. 92 b 10), Boetius (appr. 470-525; cf. De Hebdomadibus II), al-Farabî (deceased in Baghdad about 950), Ibn Sinâ ("Avicenna", 980-1037), a minority of the pre-Renaissance Schoolmen, and Spinoza (1632-1677: Eth. I, Pr. 24; cf. Pr. 28).

 4. This improper equation presents feelings and perceptualities as caused constituents of nature that, because of their postulated being non-causal by themselves (and not, instead, because of their being just incommunicable through channels), ought to stay restricted to a particular reference frame. (Owing to that affixing, they should perform as virtual optical images, vanishing if re-described from moving reference frames; not even operative as their conjugate, the real images, which do subsist but vary when their observer moves, as resplendent glitterances, photographable rainbows and skin-taning reflections on water; the causative action of the components, on the other hand, issuing from real images yet absent of virtual ones, is of course found invariant across all reference frames.) In other words: such equation of privacy to physical powerlessness presents feelings and perceptualities as unphysical ostensions, unconstituted away of some particular reference frame —like virtual images in the "depths" of a mirror— but improperly attributing such "fixation" to lack of causal efficacy for connecting them nomically. This lack, had it been true, would indeed have prevented feelings and perceptualities to causally foreordain what is to change when their observer moves, thus affixing their describability to a single reference frame, in partial coincidence with observations. (Yet, as feelings and perceptualities do cause physical effects, their one-witnessedness must come from another physical source.) That specious deficiency would have thus prevented exchanging observers in that reference frame, whose particularity should thus have become secluded privacy. Wherefore the intrinsic pith of the "qualia" conception is to pretend that all observations in physics are observations of extramental position, and privacy foreign to physics.

 5. Chr. Jakob, Curso de neurobiología - Año lectivo 1900, Hospicio de las Mercedes (Buenos Aires). The course was summarized in: La Semana Médica vol. VII. Dates: 28 June 1900, pp. 325-327; 12 July 1900, pp. 354-358; 19 July 1900, pp. 363-366; 9 Aug. 1900, pp. 403-408; 30 Aug. 1900, pp. 439-444; 20 Sept. 1900, pp. 479-481; and 8 Nov. 1900, pp. 589-590.

 6. Albeit the British Medical Journal published two communications reporting the discovery of the brain oscillations of electric potential today called electroencephalographic, the Northern hemisphere learning neglected it for at least fifteen years, except for occassional citations of Caton’s name in lists of experimental reseachers without any comment (e. g., that by G. Sergi, La psychologie psychologiqueédit. francaise, Alcan, Paris, 1888, p. 139).

 

[Página de red en construcción - La traducción castellana será provista en breve. MS]

Un descubrimiento fundamental de Christofredo Jakob (1911): No existe corteza asociativa.

A fundamental discovery of Christfried Jakob (1911): The association cortex nowhere exists.

5.El descubrimiento de la Doppelrinde:

"Ueber die Ubiquität der senso-motorischen Doppelfunktion der Hirnrinde als Grundlage einer neuen biologischen Auffassung des kortikalen Seelenorgans"

Citation: Lecture of September 26, 1911 (Munich); Münchener Medizinische Wochenschriff 9, 1912.

"Von den Resultaten seien hier folgende resumiert: I. Alle Regionen der menschlichen und tierischen Hirnrinde ohne Ausnahme sind rezeptorisch tätig, also sensitiver Natur (eigenartig ist nur die Stellung der Ammonsformation, des ältesten Rindenbezirkes) . . . II. Der Hauptanteil dieser sensiblen Strahlungen endet in der kortikalen Aussenschicht (Aussenschicht = Stratum zonale, kleine, mittlere und grössere äussere Pyramiden + Körnerschicht /Stratum intermedium/). . . . III. Die Innenschicht der Rinde ist effektorisch tätig (motorisch), auch sie existiert überall. (Innenschicht = tiefe, grosse und mittlere Pyramiden, tiefe kleiner und polymorphzellige Elemente). . . . IV. Beide Fundamentalschichten haben bei den Saügern bis zum Menschen übereinstimmend einen doppelten Ursprung (monophyletisches Verhalten) und auch bei verschiedenen Vertebratenklassen (Reptilienarten insbesondere) ist ähnliches zu konstatieren. Dagegen gehört der Amphibientyp nicht dazu, mit einiger Ausnahme der Gymnophionen, welch letztere aber nach unseren Untersuchungen geradezu den Fundamentaltypus der Entwicklung des höheren Kortexapparates repräsentieren. Unsere vergleichend kortexhistologischen Studien lehrten uns nun, dass die beiden funktionell verschiedenen kortikalen Fundamentalschichten einen getrennten Ursprung haben: die rezeptorische Aussenschicht entstammt dem Riechhirn (einem sensiblen Hirnteil), die effektorische Innenschicht dem Corpus striatum (einem alten, motorischen Zentral ganglion). Trotz des doppelten Ursprungs gelangt aber die Gesamtrinde, je höher der Hirntyp sich entwickelt hat /,/ zu einer um so innigeren Vereinigung beider Schichten und bei den Säugern führt dies infolge der Ausbildung von weitverzweigten zellulären Protoplasmafortsätzen und Kollateralen der Achsenzylinder einerseits und des Auftretens massenhafter Binnenzellen und Zwischenschichtszellen andererseits zu einer förmlichen sekundären Verschmelzung der in der Anlage getrennten Rindenfundamentalschichten; ein Prinzip, das insbesondere die Primaten- und somit auch die menschliche Rinde auszeichnet. V. Eine weder rezeptorische noch effektorische Rinde (= "Assoziationsrinde") existiert nirgends . . . Auf die Bedeutung dieser gänzlich neuen Anschauungen von dem Wesen und Wirken unseres Seelenorgans . . . gedenken wir in Bälde zurückzukommen. Hier möchten wir nur darauf hinweisen, dass diese aus der modernen biologischen Gehirnforschung hervorgegangenen Ergebnisse sich in manchem eng mit Anschauungen der neueren Philosophie (vergl. Wundts Apperzeptionstheorie, der Lehre vom Unterbewussten, etc.) berühren, dass sich somit die Ergebnisse der Seelenforschung mit denen der Gehirnforschung nicht mehr, wie bisher, in schroffem Gegensatze befinden, möchten wir als ein besonders bedeutungsvolles Symptom für die Zukunft der Rindenbiologie hervorheben".

Professor Mario Crocco in Saint Petersburg, Russia (San Petersburgo, Rusia).

El Sr. Director del Centro de Investigaciones Neurobiológicas del Ministerio de Salud y Jefe de este Laboratorio, Prof. Dr. M. Crocco, disertando en San Petersburgo (Rusia) poco después de la conferencia reproducida en lo que sigue. Copyright© 2005 Electroneurobiología; puede reproducirse citando la fuente con su URL original.

Otra prioridad mundial restringida a obrar sólo efectos locales:

6.A l b e r t o A l b e r t i

y el primer mapeo con electricidad ­ ¡durante ocho meses!

de un cerebro humano consciente:

hazaña científica silenciada durante un siglo

 

Mario Crocco

Contribución leída en las XI Jornadas Municipales de Historia de la Ciudad de Buenos Aires, sobre el tema "La Modernidad", Centro Cultural Gral. San Martín, el 29-VIII-1994.

Citation: Electroneurobiología 1 (3), 73-82, September 1994 [Language of main text and Summary: Spanish].

 

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Sumario:

La hazaña científica y humana del inmigrante trentino Dr. Alberto Alberti

-el primer mapeo con electricidad en el mundo, prolongado durante ocho meses,

de un cerebro humano consciente y expuesto- fue suscitada

(1) para forjar la neurocirugía (era necesario perforar el cráneo:

reimplantar el uso del trépano, abandonado porque los pacientes con

cualquier foco cerebral fallecían del exceso de perforaciones inútiles,

ya que se desconocía casi toda localización de funciones en el cerebro humano),

(2) por el uso político de la neurobiología en la modernidad,

(3) por el valor personal y esfuerzo científico del mismo Alberti y de un

sabio polaco que asentó su hogar en una pieza de la calle Victoria,

y (4) por la fáustica necesidad humana de tocar el alma.

Pero, ¿no era el alma lo que movía el cuerpo? ¿No estaba el alma repartida por todo éste?

¿Por qué se la habría de poder electrizar sólo en el cerebro?

¿Sería acaso la electricidad veneno para la mente?

¿No debería ineluctablemente morir el paciente cerebral electroestimulado,

a causa de esa desmesura violatoria de nuestra condición terrenal?

Para impedir esa osadía modernista, el primer Congreso médico internacional en Londres

condenó de antemano todo futuro ensayo semejante,

maguer su utilidad y necesidad clínica.

¿Interactuaría la electricidad con el alma? ¿Saberlo, la des-sobrenaturalizaría?

Y, en una formulación mucho más grave y profunda, ¿sería endogenista la semoviencia?

En nuestra remota Argentina se osó adquirir respuestas de la naturaleza

y un truhán las inutilizó.

A nueve años de su redescubrimiento, ulteriores investigaciones históricas permiten

contextuar para estas Jornadas el plagio y bloqueo, realizado por el estudiante

-luego político, intendente del colindante Partido de Almirante Brown y falso médico-

Llobet, quien en Buenos Aires silenció los resultados de Alberti

y se graduó inválidamente en nuestra Universidad haciéndolos pasar por propios

con forzosa discreción. Tal discreción obligatoria acalló su difusión local

y dejó su comunicación internacional a la ineficacia y cautela del bribón,

generando un despiste del conocimiento científico

por el cual el mismo plagiario no pudo tratarse y falleció en el clímax de su carrera política.

Pero por casi treinta años el bloqueo perpetró idéntico perjuicio

contra multitudes de enfermos neurológicos en todo el mundo.

Por éso es menester recuperar la historia de este drama local de incidencia mundial,

para que la frágil ciencia encuentre en nuestra sociedad la defensa que tanto necesita.

 

–In memoriam, Marjorie Ledesma

El descubrimiento y la comunicación técnica, en octubre de 1985, del plagio, realizado por el estudiante Llobet, de los resultados de la hazaña científica y humana del inmigrante trentino Dr. Alberto Alberti, promovieron entre 1986 y 1988 varios actos académicos y comunicaciones en Europa y en la República Argentina. Su propósito no fue solamente el desagravio del plagiado Dr. Alberti, tan olvidado ahora cuanto querido hace un siglo por su labor médica repartida en San Nicolás de los Arroyos, en Génova y como Médico Interno (en italiano "Primario": responsable médico en ausencia del Director) del Hospital Italiano en la ciudad de Buenos Aires. Tampoco fue objetivo de esos actos exaltar el interés científico o la importancia intrínseca y la prioridad mundial de su descubrimiento, sino, en particular, destacar el gravísimo daño infligido a toda la sociedad cuando los incapaces se apoderan del trabajo científico ajeno.

Fue un drama histórico, perenne al iluminar la hesitación modernista-antimodernista tan enfatizada por nuestra cultura y destacar el interjuego de sus agentes individuales y colectivos; promovido por la necesidad humana de tocar el alma, como Tomás el Dídimo al meter su dedo en la llaga; viabilizado por el profesor Richard Sudnik y sus cursos al regresar de la Expedición al "Desierto" (1879) donde entre malones aplicaba su máquina eléctrica de manivela para estimular el cerebro de cuanto cuis, mara o conejo se le cruzaba cerca; y llevado a cabo en San Nicolás por el Dr. Alberto Alberti, al abrazar una decisión de gravísimo riesgo para su joven carrera médica y su futuro familiar, tras siete meses de estudiar las agitaciones (locomovilidad funcional) de la masa encefálica en una paciente con toda la bóveda cerebral a la vista, doña Severa Velo, quien había sufrido la voladura de toda la calota o tapa craneal por una progresiva carie sifilítica (osteítis luética).

La conjetura de que la carnalidad del psiquismo acarrearía la carnalidad del espíritu (ocasionada por la impropia yuxtaposición de ambos en la concepción vulgar del alma) promovió el uso político de la neurobiología, empleada ofensivamente desde los enfrentamientos, en la India del siglo -VI, de los Carvakas (no creyentes en la infalibilidad de los Vedas) con sus gobernantes, hasta las pugnas y violencias ideológicas movidas o motrices en el modernismo del Erklärung y la Revolución Francesa. Los descubrimientos eléctricos -Galvani, Volta y tantos más- habían promovido una moda en toda Europa, la de electrizar organismos vivos para ver si por acaso, insuflando alma, podían revivirse cuerpos muertos. En tal situación, los trabajos serios de electroestimulación cerebral integraban un caótico contexto donde se abigarraban aventuras poco serias, novelas resurreccionistas, efectos circenses con cabezas degolladas de ganado debatiéndose en espasmos por la electricidad, interrogatorios a decapitados en el patíbulo, y una vehementísima polémica entre conservadores y transformadores socioeconómicos a la cual ningún amigo de la historia es ajeno.

En Buenos Aires ya se había dictado cátedra sobre electricidad en un primer nivel internacional. Entre 1828 y 1835, el exiliado lombardo Octavio Fabricio Mossotti (Novara, 1791 - Pisa, 1863) había dictado sus clases como titular de una cátedra, la de Física Experimental en la Universidad de Buenos Aires (clases que Vicente Fidel López y Juan María Gutiérrez llamaron "inolvidables"), centrándose en los problemas de la electricidad acumulada en lo interno de alguna masa material.

Es singularmente curioso, para quienes nos dedicamos profesionalmente a estudiar el nuevo órgano anatómico invisible e intangible que se forma dentro de la substancia gris cerebral (al tallarse con formas rápidamente cambiantes los campos electromagnéticos que ocupan su volumen) que, mientras dictaba aquí su cátedra, Mossotti maduraba sus ideas sobre la acción eléctrica en lo interno de la materia. Mossotti las publicó al regresar a Europa y tales ideas le dieron relevancia mundial en los estudios sobre las acciones moleculares dentro de los cuerpos dieléctricos, como, hoy sabemos, lo es la materia gris cerebral. ¿Abonaron aquí la receptividad hacia los cursos dictados por Sudnik cuarenta y seis años después? ¿Llegaron luego, desde Pisa donde trabajaba Mossotti, a Bolonia y Padua donde estudiaría Alberti? Como Sudnik, el científico Mossotti no vaciló en tomar las armas por su patria: regresó a Italia por el "profundo sentimiento de misión" -son palabras de Máximo Barón, físico historiador de Mossotti- que enhebra patriotismo y sacrificio científico. Allí, al mando de un batallón y con grado de mayor, intervino contra los austríacos en las acciones de Curtatone y la librada en su natal Novara; luego, por su labor científica y docente se le hizo Senador del Reino, sin que ello perjudicara la divulgación de sus ideas sobre dielectricidad. Aquí, entre los numerosos alumnos de Mossotti, había estado Luis Tamini, miembro del ambiente de Sudnik y de Alberti en la época previa a la hazaña de éste, y Vicente Fidel López, sostén del Círculo Médico donde Sudnik dictó su histórico curso y donde el plagiario Llobet era conservador del Museo. Aquí había sido Mossotti profesor de Saturnino Salas (catedrático de Física Matemática de la U.B.A.), Carlos Tejedor, José Mármol, Esteban Echeverría, Miguel Cané padre, Marcos Paz, Juan Bautista Alberdi, Marco Avellaneda, Antonio Aberastain y el médico Indalecio Cortínez, entre muchos otros. Sus ideas desarrollaban las que simultáneamente iba publicando desde 1831, en el Philosophical Magazine de Londres, otro joven de su misma edad, cierto Michael Faraday, a quien casi con seguridad Mossotti habría tratado personalmente en Inglaterra cuando se familiarizó con otros miembros de la Royal Society, Thomas Young y J. F. W. Herschel. Young había rebatido las teorías ópticas de Newton, y Faraday era también antinewtoniano y buscaba construir una descripción no- newtoniana de la electricidad corriente y estática. A ello lo había precipitado el descubrimiento de Volta de 1800, de que se podía producir corriente eléctrica disponiendo materiales de una manera determinada, la pila eléctrica. La interconversión de fuerzas químicas en eléctricas y viceversa no cabía en esquemas newtonianos, y alentaba la metafísica de Leibniz y Platón al destacar la unidad de las fuerzas y su consecuente reductibilidad a movimientos (o sea, la inexistencia en la Naturaleza de series causales que no emergieran de afuera de las cosas, exogenísticamente), lo que contacta por su ángulo más sensible al uso político de la problemática psicofisiológica.

Faraday había innovado descubriendo que la acción a través de un campo lleva tiempo para su transmisión (Nota del 12-III-1832, en la Royal Society) y ello, lentamente, armonizaba con la posibilidad de que la acción del campo eléctrico y magnético tuviera su origen dentro del mismo campo y que éste fuera una especie de "substancia". Aunque faltaban décadas para que Maxwell, Heaviside y Poynting estableciesen la base del electromagnetismo moderno, ese concepto, de un campo de fuerza cuyas acciones salen de adentro (endogenismo) y tardan un tiempo en transmitirse, resultaba crucialmente compatible con los preconceptos substancialistas en boga acerca del espíritu. La "materialidad" dejaba de ser pitagórico-parmenídeamente inane y comenzaba a acoger algo parecido a un origen de acciones.

Y Mossotti, en "Sobre las fuerzas que rigen la constitución de los cuerpos" (Taylor's Sci. Mem. 1, 448-469, 1840); en "Investigaciones teóricas sobre la inducción electrostática, encaradas según las ideas de Faraday" (1847, quod in manibus non habui; apud Baron) y en su "Discusión analítica" (Soc. Ital. Modena, Mem. XXIV, 49-74, 1850) introdujo, en los modelos mecánicos de la física de su época, la acción endogenista de la inducción molecular eléctrica del medio dieléctrico. En efecto, su descripción impuso la necesidad intrínseca (de los campos) de que se conserve la carga (dicho técnicamente: anuló la integral de las cargas desplazadas).

En otras palabras: mientras el electromagnetismo fuera mecánico, no servía para suponerlo en algún modo homólogo al alma y en consecuencia no era posible su uso ideológico con fines contestatarios. Pero . . .

. . . cuando los campos eran concebidos endogenísticamente, y su acción a distancia como no instantánea, se alentaban las especulaciones sobre sus posibilidades de contactar al alma, repetidas en innumerables ecos divulgatorios o de menor seriedad o precisión conceptual. En la documentación de sus cursos en Buenos Aires, Mossotti se limitó a los modelos mecánicos de la electricidad. Pero es difícil que su enseñanza oral y sus charlas particulares hayan dejado de caracterizar hórmicamente esos fenómenos naturales. Y su eventual influencia sobre los origenes de la neurobiología y psicofísica argentina, bien preparando el clima de donde surgió el experimento de Alberti, o bien en la formación que Alberti recibió en Bolonia y en Padua, requiere ulterior investigación histórico-técnica.

A su regreso del fortín de Bahía Blanca, el profesor Richard Sudnik, uno de los fundadores en París de la Sociedad Internacional de Electricidad, brindó en Buenos Aires los cursos de su cátedra paralela a la Universidad, sostenida por el Círculo Médico (que, en realidad, antes que a médicos agrupaba a jóvenes y activos estudiantes de medicina). Esos cursos, de primer nivel internacional, fueron durante varios años fermento y levadura de la neurobiología y psicofísica en la Argentina. Sudnik introdujo en nuestro país el estado mundial contemporáneo de esa ciencia en 1880, deleitándose, por ejemplo, en narrar las observaciones moscovitas de su compatriota J. Mierzeyewski, quien publicó en Paris el llamativo descubrimiento de neuronas gigantes que hacían mover el cuerpo y que, agregaba Sudnik, eran controlables con electricidad.

Perfectamente se conocían aquí los hallazgos de Betz de esas mismas células. Pero, por ser Mierzeyewski compatriota de Sudnik, aquí era más conocida su reciente descripción; la palabra que él empleó, "nidos", para indicar como se agrupaban las células gigantes, circulaba con preferencia. Perfectamente, también, se conocía aquí el mortífero experimento de Bartholow, de Cincinnati, quien mató a una adolescente débil mental -­¡tras pedirle su consentimiento para operarla!- colocándole corriente en el cerebro durante breves segundos por medio de electrodos durante una intervención quirúrgica (y quien brindó patéticas excusas en el Congreso de Londres de 1880, donde asistieron seis argentinos capitaneados por el Dr. Guiliermo Rawson). Y también era cumplido el conocimiento local del no menos mortífero ensayo ("observación") de E. Sciamanna, quien con idéntica fatalidad electrizó el cerebro de su paciente, el hasta entonces vivo Ferdinando Rinalducci, conectándolo igual que Bartholow sólo durante escasísimos segundos. La consecuencia fue que en nuestro país, como en todo el mundo académico internacional, se compartió la condenación expresada por el mismo Bartholow, compungídisimo con su prioridad, y por el Congreso de Londres, prohibitiva de experimentos tan políticos como deletéreos, a los que ahora exigía considerar "una acción altamente criminal".

Pero para desarrollar la neurocirugía era ineludible perforar el cráneo: reimplantar el uso del trépano. Las intervenciones habían disminuído grandemente, y el trépano casi se había abandonado, por muy sólido motivo: faltaban noticias sobre la localización de la función cerebral. Si una lesión o cuerpo invasor (un tumor, una "várice" o aneurisma cerebral) producía síntomas periféricos -p.e., temblor en un codo-, no había modo de relacionar estos síntomas con la localización de su origen dentro de la cabeza. Y, en la impotencia para ubicarlo, se trepanaba muchas veces, quizás diez o doce, hasta que el paciente se moría de las trepanaciones sin haberse podido localizar -menos, curar, limpiar o extraer- el origen central (cerebral) del síntoma periférico visible. Estimular eléctricamente producía movimientos y sensaciones localizados en partes chicas de todo el cuerpo y debía ser el medio más preciso de localizar las funciones en el cerebro: el estimulador eléctrico colocado en tal o cual punto se correspondería con tal o cual localidad del cuerpo -mano, pie, etc.- y así podría construirse un mapa. Un mapa isomórfico central-periférico. Pero . . .

Pero, ¿no era el alma la que movía el cuerpo? ¿No estaba el alma repartida por todo éste? Y, ¿sería esa electricidad pitanza o ponzoña para la mente? ¿No debería ineluctablemente morir el paciente electroestimulado, a causa de esa desmesura violatoria de nuestra condición terrenal? ¿Interactuaría la electricidad con el alma? Y, en una formulación mucho más grave y profunda, ¿sería endogenista la semoviencia? Muy pocos podían formularse esta pregunta, pero eran quienes decidían: el desarrollo del aristotelismo en la escolástica europea retenía el objetivo de Aristóteles, de convalidar que el único movedor y semoviente del Universo era el Fundamento de la realidad, y que toda la naturaleza se movia por él. Precisamente el ascenso del platonismo con la ciencia moderna tuvo por objeto repristinar ese objetivo, que se había relajado con el reconocimiento de entelequias naturales, virtudes intrínsecas e ímpetus interiores. De paso, las "leyes" de la física moderna asumirían majestad divina (aunque los más lúcidos científicos, como Newton, rechazaban ésto, y no precisamente por devoción). ¿Qué diria la electricidad: que los hechos temporales no originan acciones sino sólo las continuan (y que el alma, mero nudo atisbador entre estímulo y respuesta, nada decide ni se mueve por sí misma) o bien que el origen de la acción es intrínseco y es necesario volver al relajamiento endogenista, tildado de "animismo"? Y en todo caso, ¿a quién le importaba preguntarle a la Naturaleza, arriesgando más problemas? Mejor ignorar; hagamos neurocirugía con tisanas . . .

Alberto Alberti conocía a su paciente, Severa Velo, desde 1882. Quería a esa sufrida madre de seis hijos, a quien había logrado mantener con vida y deambulando, no menguada proeza clínica en época sin posibilidades de asepsia y con una herida tan extensa. Pudo estudiarle aspectos importantísimos para la neuropsicología, durante esos siete meses, y llegó así al día crítico, el quince de septiembre de 1883, en una clara mañana nicoleña. ¿Averiguaría, electrizándola, cómo se conecta el cerebro con el cuerpo? ¿No pecaría, quizás, descubriendo cómo se conecta el alma con el cuerpo?

No había razón terapéutica para hacerlo; el experimento humano era necesario para operar a otros seres humanos: don y riesgosísimo servicio que sólo la paciente misma podía disponer. Sabía Alberti que el resultado de electroestimular podía ser perfectamente condena y cárcel, su sindicación personal como un "modernista" de deletéreas ideas avanzadas, la excitación furiosa del antimodernismo, su expulsión del país, la pérdida de su habilitación médica y . . . la ruptura con su novia, una bella chica nicoleña que como todas sus amistades, jamás le hubiera perdonado asesinar a Severa por una curiosidad; importante, sí, y aún crucial, pero no terapéutica. Como plomo hirviente debió pesar esa posible muerte -pura hybris- sobre el alma profundamente religiosa de este italianito sensible, médico rebosante de ternura, cuando tomó su decisión. Sólo en segundo término contaría su carrera, su novia, su deportación. No en vano venía de las mejores escuelas médicas de Europa; pesó con exactitud todos los hechos clínicos. Pero el conocimiento decisivo fue la experiencia técnica de Sudnik, no en vano físico electricista de primer nivel mundial. Severa no habría de morir por el experimento; las maras, cuises y conejos no morían como los pacientes de Bartholow y de Sciammanna. Sólo por el despliegue de esa experiencia técnica sabemos que Alberti conocía el trabajo de Sudnik y sus cursos en Buenos Aires; hasta ahora ninguna otra constancia histórica nos ilustra directamente sobre esa conexión. Debido a las características técnicas de la corriente empleada, Severa no murió. Y durante ocho largos meses, cada vez con más confianza, Alberti siguió mapeando, en la geografía sanguinolenta de la bóveda del alma, las localizaciones de la función cerebral en todas las ocasiones posibles: despierta, dormida, bajo barbitúricos, durante la ejecución de acciones concretas, en la producción eléctrica de movimientos (es decir, la causada por el electrodo y no por la voluntad de Severa), en la generación eléctrica de sensaciones, en el estornudo, en la tos, en el acto de contar, de hablar, de imaginar, de gritar, hasta en los esfuerzos del vientre . . . Alberti tenía veintisiete años; sí, veintisiete, aproximadamente la misma edad que Einstein, que Newton, que Nietzsche en sus más radicales contribuciones.

El estudiante de tercer año de medicina, Andrés Llobet, nada sabía de todo ésto. A sus veintidós años, no estaba produciendo los descubrimientos que unas décadas antes Helmholtz había conseguido a esa misma edad. No; Llobet estaba estudiando lejos de San Nicolás, en Buenos Aires, aunque cierta temprana megalomanía ya lo había llevado a nombrarse Presidente del Círculo de Estudiantes Nicoleños de Medicina en Buenos Aires, donde contaba con la multitudinaria aquiescencia de sus cinco compañeros: un circulo no deja de serlo por ser reducido.

Llegó la primavera de 1883. Y pasó toda. Recién para las Navidades volvió Llobet a San Nicolás -las vacaciones universitarias eran entonces sólo desde el veinte de diciembre hasta el primero de febrero-, hijo de una adinerada e influyente familia muy amiga de la dueña del Hospital privado donde trabajaba Alberti. Éste recién ahora había dejado de ser médico raso; había ascendido a Jefe de una Sala. Al enterarse el estudiante (y Presidente del Círculo de sus pares nicoleños) de la comidilla local, acerca de las brujerías que hacía el inmigrante italiano en la criolla que mantenía viva sin tapa de los sesos, quiso curiosear asombrado en esa singularísima acción no terapéutica, que Alberti venía llevando a cabo cotidianamente desde hacía ya tres meses y medio.

Subió al piso alto del Asilo, valido sin duda de la privanza de su familia con la dueña y de la bonhomía de Alberti, y éste por una única vez le permitió colocar los electrodos. Debe tenerse en cuenta que ello requiere un mínimo de delicadeza médica manual, y que Llobet ni siquiera era estudiante de los últimos años de Medicina, y mucho menos era "perro" (estudiante del sexto y último año), sino apenas de tercero, el último de la parte introductoria de la carrera; el "CBC", o curso básico común, diríamos ahora. Pero la mejor amiga de su madre era dueña del Hospital.

Ella, Justina Acevedo, era la viuda de Felipe Botet. Éste, tras larga lucha junto con dos amigos, había logrado constituir el hoy Hospital Neuropsiquiátrico "Dr. José Tiburcio Borda", haciéndolo denominar "Hospicio de San Buenaventura" en invelada y personal canonización de uno de aquellos dos restantes amigos (y primer director desplazado políticamente de su conducción, el médico Buenaventura Bosch). Fallecido Felipe Botet, su muy adinerada viuda, antes de volver a su natal Buenos Aires, dejó fundado en San Nicolás un nuevo hospital de caridad. Y por idéntico motivo lo denominó "Asilo San Felipe", en igualmente invelada santificación de su difunto esposo.

Después, el drama. Hacia abril o mayo del siguiente año (1884), Alberti terminó los experimentos. En los próximos treinta años sus resultados hubieran debido permitir que unos trescientos millones de pacientes neurológicos en todo el mundo, los más por cierto carentes de médico, si llegasen a consultar uno pudieran beneficiarse con un método infalible de diagnóstico, un método para utilizarse desde la primera observación preliminar: el conocimiento de la localización anátomofuncional. En esa enorme masa de enfermos en eventual consulta, esa capacidad localizatoria indicaría el origen central de cualquier síntoma periférico y permitiría volver a emplear el trépano. Un pequeño adelanto de los dedos con el electrodo y un gigantesco paso constitutivo para la neurocirugía. Un trufador se interpuso -Llobet-; la extrema fragilidad y vulnerabilidad del avance científico auténtico lo hicieron trizas ante la estéril argucia de la canalla, y el mundo debió esperar hasta 1909 -veintiséis años, suficientes para madurar un genio, y la diferencia entre vivir o morir para no pocos en la mencionada masa de pacientes- para que el norteamericano Harvey Cushing sintetizara experimentalmente una deshilvanada serie de tímidas intentonas posteriores a Alberti (historiadas en 1897 en Burdeos por Lucien Lamacq: "Les centres moteurs corticaux du cerveau humain déterminés d'aprés les effets de l'excitation faradique des hémisphères cérébraux de l'homme", Arch. Clin. Bordeaux 6, 11-13, nov. 1897) y, creyendo innovar, recuperara la información perdida.

¿Cómo perpetró Llobet su crimen? Alberti, justamente satisfecho con sus resultados y plenamente consciente de su enorme importancia mundial, había terminado el 31 de julio de 1884 la Memoria para comunicarlos . . . corriendo, porque se le vencía el término para presentarla en Buenos Aires ante la sociedad elegida. "Creemos que nuestro caso narrado" -escribe el apurado sabio- "sea uno de los más importantes que se conocen; pues no sólo disipa muchas de las obscuridades existentes en la fisiología cerebraI, sino que tiene también una importante aplicación clínica y es de una grandísima utilidad práctica". Como otros grandes aquí, confió en su patria de adopción; y tal como Christofredo Jakob, en el siglo XX, vería ignorarse en el mundo valiosísimos descubrimientos suyos por haberlos publicado en Buenos Aires y en castellano, igualmente Alberti decidió confiar su Memoria al "Gran Concurso" convocado por el Círculo Médico Argentino donde Sudnik había profesado su Cátedra "paralela" a la Facultad y . . . donde el joven Llobet era el influyente encargado del Museo.

Sacó Alberti el décimo y último "premio" -un diploma, que terminó en exposición en el Museo nicoleño, como si hubiera podido enorgullecerle-, muy por detrás de Llobet. Éste obtuvo el séptimo premio por aportar a la humanidad un insuflador, un globo para echar -¿qué?: nada menos que aire en los pulmones, por medio del original expediente de estrujarlo con los dedos. Pero Alberti fue premiado, y con ello –he aquí la madraza del borrego- le correspondía publicar su Memoria en los Anales del Círculo Médico. Esto se comprueba ya que, por error, esa Memoria conservó, cuando fue publicada finalmente a costa del autor, algunas de las reveladoras leyendas de cabeza de página -"headers", en microsofés- sobre algunas de las figuras posteriores, mientras que se las sacó de las iniciales. Pero, en síntesis, Llobet impidió que fuera publicada por el Círculo. La copió, y fraguó así una ilegal tesis doctoral con la que obtuvo un doctorado de la Universidad de Buenos Aires en la Facultad de Medicina, nulo de nulidad absoluta por basarse en delito. Tocando el cielo con las manos, pero confiando en contactos masónicos muy vinculados al Círculo y en el modernismo de su contenido, la tradujo y envió como propia para deslumbrar a Jules Simon, presidente de la Academia francesa de Medicina. El que no le prestó más que una cortés contestación, sin análisis; Llobet había confundido una autoridad sectorial política con una autoridad sectorial científica.

Clínico absorbido por sus pacientes, esposo y padre tierno y delicado, no por ello carecía Alberti de la fierezza personale necesaria para allanar el imprescindible avance de la ciencia y de paso para vengar el plagio. Imprimió a su costo una exigua tirada de la Memoria, utilizando para ello la composición en plomo ya preparada para los Anales del Círculo Médico y que jamás le iban a publicar, pero que evidentemente no pudieron negarle porque el trabajo era suyo. Pero la conexión de los Llobet con la dueña del Asilo "San Felipe" -donde ahora Alberti había llegado a ser un Director - le ató manos y lengua. La noble viuda, que vivía en la Capital y con quien el italianito no tenía acceso ni menos privanza, puso, como condición para transferir a la municipalidad nicoleña su "Asilo San Felipe", que el Director del mismo Asilo -el plagiado- entregara el Hospital: al cabildo, en manos del Intendente, y al pueblo nicoleño, en manos de . . . la madre del plagiario.

Amargadísimo, Alberti guardó su silencio. No podía frustrar la transferencia tan anhelada por la población de San Nicolás. Viajó a Italia -donde nació su hija Laurita, cuya devoción preservó la documentación necesaria para redescubrir la hazaña de su padre-, gozó de la amistad de Lombroso. Pero su esposa nicoleña -Isabel Sánchez Cernadas- añoraba demasiado su gente, su familia descendiente de españoles, nuestros compatriotas, los que tan vilmente nos habíamos portado.

Volvió. Fue Alberti médico "primario" y así por azar efímero Director del primitivo Hospital Italiano en Buenos Aires, donde renunció tras otro grave disgusto personal, y se retiró a su casa en la avenida Rivadavia, justo frente al ruidoso obrador donde el tren subterráneo de la línea "A" haría emerger en Primera Junta su flamante orgullo. Espiritualmente reseco, desatendió una afección renal que, entre el barullo de esos primeros convoyes subterráneos -los que inútilmente procuró evitar viajando a su campo en Santa Fe- le llevó a la muerte en 1913.

En cambio, Richard Sudnik fue un sabio que eligió el ambito académico para expresarse. "Era una figura inconfundible. Alto, recio y fuerte con su larga barba que acariciaba coquetamente siempre; caminaba lenta y cadenciosamente, con una gravedad solemne apoyado en su bastón grueso y tosco, adminículo que le era indispensable para la marcha por llevar una secuela trófica y paralítica en una pierna (habIa sido herido en la insurrección por la que se le desterró de Polonia); llamaba así la atención de cualquiera. Hablaba muy poco y sentenciosamente siempre; era parco en el reir y expresábase con dificultad en una mezcla de polaco, francés y español que le era peculiar, provocando comentarios risueños y a hurtadillas de los que le escuchaban", recuerda uno de sus queridos discípulos, Mariano Alurralde en El Cocobacilo (5, 58, primavera de 1924). Salvo esos queridos discípulos (ver notas al final), y pese a ser Sudnik catedrático titular por décadas de la más acreditada Universidad argentina, su diálogo debió articularse primordialmente con el extranjero. Publicó allí -especialmente, en Francia- decenas de experimentaciones electroneurobiológicas del mismo primer nivel internacional con que había brindado sus cursos del Círculo Médico al regresar del "Desierto". Pero la academicidad no vino sin sinsabores. Es conmovedora la carta dirigida por su esposa francesa al Decano de la Facultad de Medicina en 1915, pidiéndole costear aunque fuera un ataúd, ya que falleció en la más supina inopia tras sentar su hogar por décadas en un cuartucho de la calle Victoria. Sólo lo recordaron aquellos discípulos suyos y, ya en la actualidad, el Laboratorio de Investigaciones Electroneurobiológicas del Hospital "Dr. José Tiburcio Borda"; desde 1988 también el Centro de Investigaciones Neurobiológicas deI Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación bautizó en su memoria una de dos aulas, recuperadas físicamente con enorme esfuerzo y sacrificios personales. Una de ambas aulas hoy se denomina "Richard Sudnik"; la otra, "Alberto Alberti".

Mientras tanto, el plagiario Llobet -formalmente no debe llamársele médico- tenía alcanzado el que parece haber sido su objetivo dominante: proyectar su ego en el entorno. Quien rechazara reconocer admirado su excelencia no contaba: transpapeló la vida en el curriculum. Según las publicaciones de la época, carecía de toda modestia: "Su tono es dogmático, magistral: magister dixit. Aconseja a los especialistas, corrige a los médicos, recomendando paternalmente a los colegas mayores, cuidados en las atenciones profesionales . . . hace elogio de sus propias observaciones, de sus brillantes resultados, de su espíritu innovador y progresista y expresa sus opiniones con mucha libertad, como de gran altura, apoyado en once años de práctica quirúrgica." Repitiendo su gesto de juventud, de cuando se había erigido en Presidente de la comunidad, maguer parva, de estudiantes nicoleños en la Facultad de Medicina porteña, en 1902 se hizo elegir Intendente Municipal del partido de Almirante Brown, donde vivía. Se aprestaba a alcanzar una cuota considerable de poder político nacional; casi abandonó sus publicaciones profesionales. Podía ser diputado. Inesperadamente, comenzó a padecer extraños síntomas neurológicos. Quedó privado del habla y de otros movimientos y acciones, pero la neurobiología, privada de los descubrimientos de Alberti, no había podido reprogresar lo imprescindible para identificar a tiempo donde estaba la localización central de la lesión o tumor cerebral que generaba tales síntomas. Su plagio había retrasado la ciencia que ahora necesitaba.

Desesperado, viajó mudo al fin a París, donde el célebre "radiologue" Henri Béclere le diagnosticó -por medio de los rayos Roentgen- una ubicación en el lóbulo temporal -lateral e inferior- izquierdo que a esa altura del desarrollo ya era inextirpable. "En su silencio", comentamos, "el progreso de su enfermedad le habrá  revelado, a no dudar, elementos de la constitución humana que su ciencia le mostró extramentalmente, ahora observados desde otra objetividad, la de lo subjetivo; y su vida de luchador, que ya vimos cómo sabía tomarse ventajas, quizás haya quedado suspensa de la pregunta por la transcendencia de la acción".

Sudnik y Alberti fueron sepultados en el olvido, y Llobet, muerto así en 1907, es meramente recordado como neurocirujano: el consabido bronce estatuario municipal hoy honra al falso doctor en la entrada al ex-Hospital Rawson. Curiosamente, la placa bajo su exaltada escultura es pulida con diligencia todas las semanas, régimen harto infrecuente para la administración de nuestra imaginería. Pero en 1899, por impulso de Domingo Cabred y Amancio Alcorta había llegado a esta tierra el fundador de la Escuela Neurobiológica Argentino-Germana, Christofredo Jakob.

Pese a trabajar a menos de dos cuadras de donde lo hacía Llobet, a los fondos del hoy Asilo "Prof. Dr. Guillermo Rawson", Jakob, ubicado en el Centro de Investigaciones Neurobiológicas (actual Avda. Amancio Alcorta 1602, a los fondos del Hospital Borda) ignoró a Llobet. Ello no podría haber sido así, si a Llobet se lo hubiera reputado verdadero autor de su propia, importante tesis. En efecto, aunque socialmente era imposible osar la denuncia, por supuesto Sudnik, Alurralde, Frank Soler y muchos otros científicos conocían la verdad; vivía también el silenciado Alberti, y ello explica que Jakob nada haya querido saber de Llobet. Éste no tenía disposición para congratular a otros investigadores por sus aportes, y a más debió percibir la radicación de Jakob como una amenaza; no en la cirugía que profesaba, sino en la neurobiología, donde si necesitó copiar su tesis es porque su verdadero nivel se lo requirió; cada quien sabe lo que hace. "Nadie más sagaz que los sabios de cartón para columbrar peligros con la proximidad de un estudioso sincero", dijimos al comunicar los hechos; "nadie más estólido que ellos para convencerse de que pueden ocultarlo." El profesor Dr. Christofredo Jakob trabajó cincuenta y siete años en la Argentina y bajo su égida de mentor y referente esta tradición se desarrolló proficua, desde su tradicional edificio actualmente en trámite de declaratoria como monumento histórico. Entre centenares de aportes, venció la problemática de la topografía cráneoencefálica, propuso desde 1906 los mecanismos corticales básicos del funcionamiento del cerebro que actualmente adoptamos (como órgano interneuronal y no neuronal; y que desde 1965 conocemos como modelos de inteferencia holográficos y holofónicos), aplicó la neuroanatomía a la identificación de vertebrados fósiles, y descubrió que la materia gris tiene siempre doble función (sensitiva y motriz) porque en la prehistoria se originó a partir de dos capas de función separada. Propuso en 1910 la homologación funcional de la convexidad de la corteza a la médula dorsal y su concavidad a la médula ventral, descubrió y publicó en 1911 el aparato neurovisceral conocido desde 1937 como "circuito de Papez" por el redescubrimiento ejecutado ese año por el norteamericano de ese apellido, realizó una gigantesca labor sistemática en patología, psicofisiología, anatomía comparada y del desarrollo y biología teórica. Abrigó esta tradición una explosiva tensión interna motorizante, en su concepto del tiempo físico, dejando en herencia a más de cinco mil intelectuales aquí formados una fecunda contradicción conceptual en este tema. Esa contradicción conceptual, a los quince años de la muerte de Jakob, condujo, en el seno de la Escuela, al reconocimiento de la eficiencia física y la plena objetividad de los fenómenos subjetivos (eficiencia y objetividad que Jakob por largo tiempo denegara, al igual que Th. Ziehen por quien bebió en las fuentes del paralelismo psicofísico tal como Karl Kleist lo hizo a través de DuBois Reymond). Así integró esta tradición la formación médica, biológica y en Filosofía y Letras por más de noventa años; desde 1969 un sector de la misma viró desde un paralelismo psicofísico al reconocimiento mencionado de la eficiencia causal de los fenómenos físicos unitestigo, antiemergentista, y demostró la homología filética entre los mecanismos corticales neuroeléctricos y los mecanismos de control ciliar en Infusorios precámbricos, y hacia 1970 elucidó la anatomía de la comisura anterior en el hombre y propuso importantísimos modelos de la producción del lenguaje, emociones y la desinhibición instintiva. Durante la década de 1970 alcanzó un nivel enteramente novedoso en el entendimiento de qué es un organismo vivo y una teoría conformacional, no estadística, de la información; obtuvo en Europa la primera de las patentes por dispositivos experimentales para observar externamente la acción de diferentes fenómenos subjetivos, analizó en detalle el cuerpo estriado cerebral integrándolo en una explicación de las bases biológicas de la funcion volitiva, logró la descripción física de la autorreferenciación objetal ("yoizar", o formación de un objeto mental que funcione como un Yo), y con alta vocación histórica reconstruyó la problemática científica del área desde sus orígenes; adquirió importantes conocimientos morfoanatómicos sobre la histología de la lateralidad y los efectos dentro de la corteza de ablaciones zonales en humanos y, ya en la década de 1980, descubrió los episodios históricos silenciados del origen de la neurobiología y psicofísica en la Argentina, que aquí nos ocupan, y logró desmenuzar analíticamente, desde sus motivos protohistóricos, el bloqueo cultural de la investigación física experimental de la subjetividad normal y patológica.

Empero no es bueno pretender ignorar que la investigación auténtica se realiza penosamente entre las bajezas y grandezas de la condición humana. También reptó en esta tradición alguna figura excéntrica y perversa, formó corte y se desvivió por graduar opas mancebas (para que el erario se las mantenga con cargos de investigación); se llegó al crimen y a la maniobra política para encubrirlo; desgraciadamente es lo esperable y sólo en ese sentido (porque nunca se repite en otro) es la Historia magistra vitæ. De ese sector emergieron los últimos loores a Llobet, como no podía ser de otra manera. Pero la ciencia es mucho más vulnerable a las bajezas que impulsable por las grandezas humanas y de ahí el valor de señalar ambas. Los trufadores, que la lunfardía moteja "chantas", son, maguer su aspecto simpaticón y hasta inocente, los de más peligro. Al igual que, diz, los vampiros de lejanas supersticiones, parecen humanos pero en realidad no lo son. Así como los primeros no darían imagen en los espejos, los barbianes y trufadores también parecen externamente humanos, pero se diferencian secreta y relevantemente en que emiten unas feromonas o perfumes, imperceptibles para quienes se comprometen auténticamente; perfumes que ellos detectan para reconocerse desde increíbles distancias. Y, así, se congregan silenciosos, con sonrisa mentecata, siempre dispuestos a ayudarse, porque usarse mutuamente es su necesidad fundamental. Y odian a quien es capaz de crear por sí mismo; y ­guay! si a éste le falta ayuda solidaria, porque le victiman irremisiblemente. Por éso es menester recuperar esta historia, para que la frágil ciencia encuentre en la sociedad la defensa que tanto necesita.-

Notas:

En dos extensos e importantes estudios posteriores del  área, tanto Mariano Alurralde ("Trabajos de Fisiología Experimental y Clínica (1896 -1901)", Buenos Aires, Spinelli, 1901; 159 pp.) como Frank L. Soler ("Localizaciones cerebrales", Fac. Cs. Médicas, Lab. de Fisiología - Director: Prof. H. G. Pinero-, Bs. Aires, Librería Las Ciencias, 1912; 107 pp.) omiten mencionar una serie experimental conducida por Llobet, lo que indica, atento a la inmediatez de estos autores al ambiente y a los hechos relatados, que ya a poco de "su" Tesis a Llobet no se le concedía crédito. Conociendo la influencia de Llobet (que era creciente a la aparición del libro de Alurralde y cinco años tras su muerte para el libro de Soler) ello manifiesta además motivo para evitar comentarios sobre Alberti, o sobre el episodio que nos ocupa, en vida del relacionado Llobet o ante la subsistencia de su imagen social. El agraviante efecto de tales compromisos fue sumir la obra de Alberti en el silencio.

 

Christofredo JAKOB

Elementos de Neurobiología

(texto completo de la Introducción y los dos primeros capítulos)

Primera parte

NEUROBIOLOGÍA GENERAL

Folia Neurobiológica Argentina 1 (1941), 1-213 (Introd., Cap. y Cap. 2: pp. 1-40)

 

 

Las secciones en color se encuentran más abajo en ESTA misma página

 

 

 

                                                                     Prefacio

Índice de Materias de los Atlas I, II y III [y de los volúmenes posteriores de la Folia hasta 1996]

Introducción

1.  Historia del Desarrollo de los Problemas Neurobiológicos

2.  Orígenes del Dinamismo Neurovital

3.  Evolución y Filoontogenia de las Funciones Neurodinámicas

4.  Integración Neuropsicodinámica

5.  La Organización de las Funciones Conmemorativas

6.  Filogenia de las Kinesias

7.  Introducción a la Función Psicogenética de la Corteza Cerebral

8.  El Problema de las Entonaciones Psicodinámicas hacia su Intelectualización

9.  El Problema de la Herencia Neuropsicodinámica

10.     Elementos de Neuropsicopatología

Obras del Autor de Índole Neurobiológica

Registro Alfabético

Registro de Abreviaturas

 

PREFACIO

 

Después de haber presentado la primera parte de nuestra documentación neurobiológica en los tres atlas publicados que contienen, el primero la morfología sistemática y la anatomía topográfica del cerebro humano, el segundo su anatomía patológica en relación con la clínica y el tercero la filogenia y ontogenia cerebral animal y humana, podemos entrar a tratar, ahora, en este primer tomo de texto de la Folia, los principios generales de la Neurobiología, utilizando el extenso material, de elaboración original, reproducido objetivamente en aquellos atlas.

Basándonos en nuestras investigaciones personales, realizadas durante mas de cuarenta años en varios institutos científicos argentinos, acompañados de amigos y discípulos, hemos llevado a efecto nuestra obra con un riquísimo material, normal y patológico, humano y animal procedente casi exclusivamente de clínicas neuropsiquiátricos y laboratorios biológicos argentinos, especialmente de Buenos Aires y La Plata, ante todo en el Laboratorio del Hospital Nacional de Alienadas de la Capital. Por eso, ha sido desde un principio nuestra intención utilizar también, precisamente, en vastísima escala, la fauna argentina para la documentación filogenética, por lo que creemos justificado debidamente el título elegido para nuestra Folia.

Si en los atlas se imponía la reproducción fotográfica por su valor e interés científico, en los textos se han de utilizar esquemas, de innegable valor didáctico cuando han sido construidos -pues ese carácter siempre tienen- con sobriedad, sobre hechos reales y no con la fantasía de autores insuficientemente informados.

Este primer tomo representa, en el fondo, la segunda edición de "Elementos de Neurobiología" -La Plata, 1923-, agotado hace tiempo y que, sintetizando mi curso de neurobiología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, aparece ahora perfeccionado y transformado, como publicación del Instituto de Biología de la misma, según los necesidades de esta obra. Su contenido está dedicado a la enseñanza universitaria de la medicina humana y veterinaria, como igualmente de la psicología, pedagogía y filosofía. Estas son ramas científicas donde la neurobiología moderna forma la base de la enseñanza de "humanidades" en su sentido más vasto, aspirando así a una enseñanza objetiva y natural respecto de la productividad del cerebro humano y animal, en estado normal y patológico, en el niño y en el adulto, libre de todo doctrinarismo sectario, como una fuente primordial de la cultura humana y del bienestar futuro del hombre.

La neurobiología, interpretando debidamente los hechos estructuro-funcionales averiguados hasta ahora por los métodos de investigación científica, sostiene la siguiente posición heurística:

1o Afirma que no existe en realidad ni fenómeno sensitivo, ni motor aislado alguno, sino siempre reacciones totales sensomotoras con entonaciones variables según su jerarquía, desde lo inconsciente hasta lo consciente: base para una futura psicología orgánica.

2 o Rechaza tanta el dominio excesivo del politropismo e hiperpragmatismo mecanista de la escuela norteamericana como el polirreflejismo de la escuela rusa, afirmando, en contra, la posibilidad de producciones neurovitales superiores individualizantes y libres dentro de ciertos límites en las funciones corticales: base para una ética orgánica futura.

3 o Sostiene el carácter autónomo del neurodinamismo general basado en la energética creadora del neuropsiquismo humano en correlación natural con la energética cósmica: base para una filosofía futura orgánica.

4 o Guiada por esas premisas, enfoca la neurobiología una futura solución del problema biopsíquico en forma filoontofisiogenética como resultado de una maduración neuropsicodinámica natural, aspirando así a poder interpretar finalmente el dualismo entre cosmos y bios por un lado, y bios y psique por otro, como sólo aparente.

5 o La encauzación de tal proceso fisiogenético evolutivo, la busca nuestra neurobiología, en primer lugar, en factores endógenos germinativos latentes (principio del "exceso orgánico"), pues los factores exógenos: "función adaptativa" y "selección", son impotentes sin tal "preformación" potencial.

A continuación seguirá el índice de materias tratadas en los tres tomos de Atlas de la FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA, presentando la documentación objetiva para el primer tomo de texto de la NEUROBIOLOGÍA GENERAL.

 

FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA

Atlas I - El cerebro humano.

Su anatomía sistemática y topográfica

(Con 154 láminas y 175 figuras de texto)

 

Índice de materias:

Introducción.

Generalidades.

Configuración morfológica.

Nervios cerebrales.

Los hemisferios

Radiaciones hemisféricas

Ganglios basales y diencefálicos

Mesencéfalo. Rhomboencéfalo.

Circulación

Sistemas de conducción.

Sistemas de asociación.

Topografía cerebrocraneana

 

 

FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA

Atlas II - El cerebro humano.

Su anatomía patológica en relación con la clínica.

(Con 174 láminas y 350 figuras de texto)

 

Índice de materias:

A. Parte general.

Introducción

Autopsia del cerebro

Clasificación.

Patogenia

Localización

Hemorragias

Parásitos

Meningoencefalitis

Reblandecimientos

Encefalitis primitivas

Sindromes focales anatomopatológicos

Sindromes focales fisiopatológicos

 

B. Parte especial

Disgenesias.

Neoplasias.

Traumatismos.

Alteraciones vasculares

 

C. Historia de la anatomía patológica del cerebro.

 

FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA

Atlas III - El cerebro humano.

Su ontogenia y filogenia

(Con 154 láminas y 501 figuras de texto)

 

Índice de materias:

Prefacio

Filogenia comparada

A. Neurobiología comparada general

Avertebrados.

Vertebrados.

Anfioxus. Ciclóstomos.

Selacios. Teleósteos.

Dipnoicos. Batracios.

Reptiles. Aves.

Mamíferos.

 

B. Filogenia sistemática

Sistemas espinales.

Sistemas bulbares.

Sistemas cerebelosos.

Sistemas mesencefálicos.

Sistemas diencefálicos.

Sistemas hemisféricos cerebrales.

Sistematización neuronal.

C. Ontogenia cerebral

a) Parte general.

Histogénesis

b) Parte especial.

Bulbo.

Cerebelo. Protuberancia.

Mesencéfalo.

Diencéfalo.

Telencéfalo.

c) Historia resumida de la filoontogenia cerebral.

 

Nota: durante las décadas de 1960 y 1970 las investigaciones de esta tradición neurobiológica se publicaron en modo ocasional, como separatas o libros de pequeña tirada, o en las revistas Neuropsiquiatría, La Semana Médica y otras. Falta aun reunirlas para ofrecer un panorama más completo de sus contribuciones, incluyendo además los aportes a la psicofísica y neurobiología de Braulio Moyano, José T. Borda, José Ingenieros, Alicia Moreau, Raúl Garabelli, Mariano Celaya, Fernando Orioli, Diego Outes, J. C. Goldar y otros. Una sinopsis se halla en los Volúmenes IX y X.

 

FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA

Volumen I – Jakob, Elementos de Neurobiología (1923)  - Segunda edición, Neurobiología general (1941), 213 pp y 140 figuras. [El texto del prólogo y los dos capítulos iniciales se ofrece en esta página de red .]

 

FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA

Volumen II – Jakob, El Pichiciego: estudios neurobiológicos de un mamífero misterioso de la Argentina (1943), 105 pp y 130 figuras.

 

FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA

Volumen III – Jakob, El Lóbulo Frontal y el origen del Neocórtex (1944) y 115 figuras

 

FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA

Volumen IV – Jakob, El Yacaré (Caiman latirostris) y el Origen del Neocórtex (1945), 132 pp. y 124 figuras.

 

FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA

Volumen V - Jakob, Documenta Biofilosófica: Biología y Filosofía; (1) aspectos de sus divergencias y concomitancias (1946), 56 pp y 24 figuras; (2) Ensayo de Psicogenia Orgánica (inédito)

 

FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA

Volumen VI - Crocco, Struggling Against Time, y Apéndices: “El nuevo concepto del órgano cerebral” y “Comment l’hylozoïsme scientifique contemporain aborde-t-il la sélection naturelle du parenchyme neurocognitif?” (1988), 120 pp. y 10 figuras.

 

FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA

Volumen VII - Crocco, Futuro de aportes olvidados: prioridades mundiales ignoradas de la neuronatomía rioplatense marcan el rumbo de la ciencia del órgano cerebral; e Identidad personal y otros trabajos; Garabelli (bajo la dirección de Chr. Jakob: primera edición 1946), Bases biológicas de la función volitiva (1989), 609 pp. y 98 figuras.

 

FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA

Volumen VIII - Crocco, ¿Cómo el tejido neurocognitivo genera fenómenos psicológicos? (1984, segunda edición 1990),  273 pp. y 28 figuras.

 

FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA

Volumen IX - Ávila and Crocco, Disponer:  la adjudicación de aptitudes neurobiológicas a existencialidades en la naturaleza (1991), 465 pp.

 

FOLIA NEUROBIOLÓGICA ARGENTINA

Volumen X - Ávila and Crocco, Sensing: A  New Fundamental Action of Nature (1996), 982 pp. y 6 figuras.

 

 

Introducción

Así como la biología moderna no es, en absoluto, una simple reunión de zoología y botánica con capítulos separados de anatomía o fisiología, sino que estudia, en la íntima reunión de aquellos, la correlación morfofuncional como base para la deducción de las leyes generales vitales, donde formas y funciones son una inseparable unidad como causa y efecto recíproco, tampoco la neurobiología -bien definida- no es sólo anatomía y fisiología nerviosas, sino que representa, por encima de esas ramas analíticas y descriptivas, un contenido sintetizante de estructuras y funciones, macro y microscópicas, normales y patológicas, en estado de desarrollo y de maduración.

Y por los mismos conceptos no se pueden separar en su estudio, tampoco, procesos fisiológicos y psicológicos, porque ambos son de una naturaleza biológicamente inseparable, resultando así imposible establecer límites entre ellos, si es que observamos los fenómenos neuropsíquicos con criterio objetivo y no preocupados por teorías metafísicas. Estimamos que, precisamente, la separación dualista en las dos esferas divergentes ha sido el más grande error de los siglos pasados y afirmamos para nuestro siglo el de las tendencias monísticas, que establecen las reales condiciones correlativas y naturales, válidas para ambos "mundos", sintetizándolos en uno solo realmente valedero.

La tendencia de la neurobiología tendrá que ser, entonces, la de mostrar cómo, del dinamismo vital elemental, por diferenciación evolutiva nació el proceso regulador neurovital y como éste, sucesivamente, ha sido perfeccionado en etapas ascendentes de dinamización uni- hasta multi-condicionada, desde las más sencillas organizaciones plasmáticas hasta las más complejas elaboraciones cerebrales. Deberá, entonces, la neurobiología establecer el contacto entre la "plasmopsique" de los unicelulares con la "organopsique" de los pluricelulares, así como entre la "arquipsique" culmina en la "psique noetikeé" humana, como ya lo enunciaba hace más de 2.000 años el gran estagirita.

No escapará a nadie que tal obra en la actualidad se puede elaborar sólo en forma fragmentaria, pero también un "torso" ya debe mostrar los relieves de la obra artística perfecta cuya realización progresiva recién esperamos del futuro. Hacemos nuestra la célebre pregunta kantiana -¿quién intentará poner límites al intelecto humano?- cuyo órgano, el cerebro, nos ha sido entregado y encargado precisamente para esa misión por la naturaleza divina de la creación.

 

CAPITULO I

 

Historia del desarrollo de los problemas neurobiológicos

 

(Figs. 1 - 16)

 

Los conceptos neurobiológicos actuales nacieron, naturalmente, de nociones biológicas primitivas del hombre. Podemos aceptar que el hombre prehistórico se separó definitivamente de las demás especies de organismos, recién cuando se libró intelectualmente de la esclavitud instintiva, obligatoria, para todos los animales según su organización genérica. Y éso se pudo manifestar recién cuando su vida social le permitió crear, en su lenguaje, el medio de comunicación que forjaba su pensamiento, reforzando su poder activo y personal, progresivo, de orientación e intervención; a tal grado, que llegó a estar capacitado para comprenderse superior en existencia y derechos a los demás animales, más o menos semejantes o diferentes de él. Recién entonces, sintiéndose diferente, superior a aquellos, le podía nacer la idea de buscar la causa de aquella diferencia que no podía hallar en el exterior, dada su gran semejanza de la organización física externa con los mamíferos superiores, sino más bien en esos "poderes centrales" que, como el "ánima" o el "soplo divino”, sentía en su interior y que en todas las nociones mitológicas y religiones primitivas aparece expresando la superioridad del hombre.

Sin renunciar por esto a la ingenua noción del parentesco con los animales (piénsese en su vida comunicativa con el perro y el caballo, en sus creencias totemísticas, en la trasmigración de las almas en la India, en las momias humanas y animales en Egipto, etc.) debía encontrar la diferencia esencial en sus "fuerzas dirigentes intelectuales", y si su imaginación debía dotar a todo el mundo orgánico con un principio vital común que manejaba lo exterior, como un "organismo interior" (organomorfismo primitivo), en su propia alma se lo imaginaba antropomórficamente como un principio superior, sublimación natural del otro, primitivo vital.

Esto lo vemos manifestarse claramente en la historia de la filosofía griega, pues los hilozoístas atribuían hasta a lo anorgánico principios iguales, dado que, todo estaría formado por la misma substancia "hyle" (monismo primitivo). Las escuelas posteriores ya separaban lo anorgánico, de lo orgánico (Empédocles, Demócrito).

Figura 1

En la física platónica se distinguen dos principios del alma: lo irracional y lo racional, aquél es mortal y común a todos los seres vivos; éste es inmortal, y reservado al hombre (concepto dualista). Recién en la filosofía aristotélica llegamos a un concepto más claro y duradero y también más científico; lo anorgánico, según ella, sólo posee "entelequia exterior", en lo orgánico en cambio actúa una "entelequia interna" (= psique) y ésta se perfecciona gradualmente desde una nutritiva, que es la de planta, a una sensomotora de los animales, a la cual se agrega la "razonante" en el hombre (el "nous").

Se reconoce, entonces, un parentesco íntimo entre todos los organismos sin excluir la posibilidad de una evolución dinámica en forma de un principio superior genético (monismo energético), si bien la idea genética no se pudo concebir en la antigüedad sino en la forma antropomórfica divina.

Figura 2

Ningún otro concepto filosófico ha podido agregar ideas nuevas respecto a la interpretación de los fenómenos vitales. Todos los sistemas posteriores, hasta nuestros tiempos, se mueven dentro del monismo y del dualismo; es que ningún "pensar puro" es capaz de resolver esos problemas y sólo los métodos científicos, empíricamente orientados sobre la observación, la descripción, la experimentación y la interpretación progresivamente purificada, se podrán acercar al problema. Es así que desde la edad antigua se viene estudiando primero la morfología exterior del sistema nervioso sin poder reconocer todavía su estructura y muy poco de sus funciones.

Alcmeón (400 a. C.) es el primero que, metódicamente, examina el cerebro humano; Herófilo y Erasístrato (200 a. C.) reconocen sus circunvoluciones (¡dícese que en esclavos vivos! ... pero por lo mismo que describen sabemos que ello no ha sido así); Galeno (120 p. C.) reúne descriptivamente y sin mayor critica todo lo conocido, también con todos sus errores, pero recién en la edad media con A. Vesalio (1543) comienza el estudio macroscópico del trayecto de los haces blancos centrales y Fr. Sylvius (1641) vislumbra la posibilidad de que en la substancia gris se "filtrasen las espíritus" de la sangre (teoría de la función glandular cortical) para pasar a través de las fibras hacia la periferia. (*)

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(*) Véase los detalles históricos de la anatomía cerebral en la "Folia Neurobiológica Argentina" Atlas 1, pág. 316.

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Figura 3

Willis, Vieussens y Burdach completan la morfología interior, pero no les era posible un concepto realmente biológico funcional, por faltar totalmente el conocimiento estructural verdadero. A ese período "macroscópico" sigue, pues, el microscópico iniciado en el siglo pasado, que recién ha de preparar un análisis neurobiológico verdadero.

Con Leeuwenhoeck empiezan las técnicas microscópicas que evidencian células y fibras nerviosas, elementos estudiados por Ehrenberg, Remak, Deiters, Meynert, etc. Estas noticias fueron perfeccionadas con las técnicas modernas por Gerlach, Golgi, Kölliker, Nissl y Ramón y Cajal y sus escuelas, hasta fin del siglo pasado.

Poco a poco se pasó también del estudio de la organización morfológica y estructural, a la funcional.

Figura 4

Si bien ya en los tiempos de Galeno se distinguían nervios periféricos sensitivos y motores (*),

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 (*) Al principio se confundían todavía tendones y nervios (neurón) por su semejanza macroscópica.

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recién en la edad media se reconoció claramente la función motora de la contracción muscular y sus nervios excitantes [Steno (1644) y Borelli], y recién A. v. Haller (1753) definió más claramente los dos fenómenos fundamentales plasmáticos, de irritabilidad contráctil y sensibilidad estimulante, como dos procesos separados, si bien consecutivos, ambos derivados de la "fuerza vital". Pero en cuanto a las funciones del órgano central, cerebromedular, persistía la más completa ignorancia.

Recién en los albores del siglo pasado tuvieron lugar los experimentos de Ch. Bell (1825), muy discutidos al principio, pero más tarde confirmados por Magendie (1840), que abrieron los horizontes con la demostración de que las raíces posteriores espinales eran de función sensitiva y las anteriores de función motora. De esa comprobación parte la fisiología de la médula espinal y así, ya en 1830, M. Hall creaba la primera teoría de los reflejos. En el bulbo de animales encontraron Flourens (1824) el centro respiratorio y Cl. Bernard (1849) la "picadura diabética". Pero la substancia gris cortical resultó inaccesible para los experimentadores de entonces, que se valían de estímulos mecánicos,

Figura 5

quienes por eso la consideraban como insensible e inexcitable (argumentos de Aristóteles). Esto cambió cuando se utilizó la corriente galvánica que, como ya su descubridor Galvani (1789) había demostrado, producía contracciones al ser aplicada a los músculos de la rana.

Fue Duchenne (1850) el creador de la experimentación electrorreactiva en músculos y nervios del hombre ("anatomía viva" llamaba él a sus estudios fundamentales para el futuro electrodiagnóstico).

Al mismo tiempo se iniciaban investigaciones sistemáticas en la fisiología de la visión, con F. Müller desde 1830, su discípulo Hering sobre los movimientos oculares y E. Weber sobre el sentido de la localización táctil (1860). Dubois Reymond (1850) estudió las leyes de la corriente neuromuscular; Pflüger (1859) se ocupó del "electrotono muscular" y completó las "leyes del reflejo". Helmholtz (1851) inventó el "espejo ocular" y estableció la velocidad de la corriente nerviosa en 33,9 m por segundo (*)

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(*) Hoy sabemos que en los mamíferos y en el hombre ella llega a 120-140 msg.

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y Goltz encontró en esos tiempos la función estática del equilibrio en los canalículos semicirculares del laberinto. El estudio del sistema simpático se inició con Bidder (1860).

Figura 6

Así como la fisiología experimental, en la primera mitad del siglo pasado, creaba la neurofísica para los órganos de los sentidos, hacia la función del sistema central penetró, inauguralmente, la patología humana: así, observaciones clínicas y anatomopatológicas combinadas fueron las llamadas para el avance definitivo hacia el conocimiento de las funciones cerebrales superiores y supremas. Llegamos de esta manera al período de las "localizaciones cerebrales, cuyo estudio dominaba en neurobiología en la segunda mitad del siglo XIX, utilizando el "método fisiopatológico" al que debemos el avance más importante en la neuropsicología orgánica humana.

Figura 7

Como neuropsicología orgánica designamos las investigaciones de los fenómenos nerviosos y psíquicos a la vez, como ciencia natural, en su correlación con los órganos centrales cerebroespinales en contra de la antigua psicología "clásica" puramente descriptiva; aquélla empieza con los estudios experimentales de Herbart y Wundt, como fisiología psicométrica, y avanza, guiada por la "psicopatología", hacia las funciones cerebrales y su integración progresiva.

Hay que agregar, sin embargo, que ya antes de los resultados anatomoclínicos, otro método, el de la morfología "comparada", es decir, el estudio del desarrollo progresivo cerebral en comparación con el de las funciones superiores mentales en la serie de los animales desde los roedores a los ungulados, carnívoros y monos, había adelantado ya la noción de que ese desarrollo estaba esencialmente ligado a la organización creciente de los hemisferios cerebrales y especialmente al de sus circunvoluciones (asiento de la "corteza cerebral"), que como "sustancia gris" ya desde Willis se consideraba por adelantado como órgano productor de “energías”, o capacidades, neuropsíquicas. Guiado por ese método, expresó Gall, a principios del siglo pasado, la clara formulación de una localización de las funciones intelectuales en esa corteza gris hemisférica, si bien, respecto a la precisa localización, en su "frenología" llegó a especulaciones insostenibles (Figura. 7). Sus ideas, presentadas a la Academia Francesa, encontraron fuerte oposición, por razones políticas (Napoleón las clasificó de "rêveries germaniques", que había que combatir) y, en Viena, por razones religiosas del clero hiperortodoxo de entonces (*).

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(*)La estúpida intolerancia política o religiosa sólo logró pasajeramente dominar las ideas de la libre investigación científica del espíritu humano, el que, a la larga, siempre se impuso victoriosamente en su derecho de buscar la verdad por el mismo camino legal. Es interesante leer lo que al respecto decía Gall (Fonctions du cerveau, 1805): "Si Napoleón --escribía Gall-- quisiera destruir la inclinación al realismo científico, debería emplear trescientas mil bayonetas y otros tantos cañones para hacer a las funciones del alma absolutamente independientes del organismo". Y más adelante agregaba: "Pero la sangre circula a pesar de la “sabia” oposición de Gassendi, la tierra gira a pesar del anatema del Papa; los animales no son más solamente autómatas a pesar de las decisiones de Descartes de la Sorbona; y, al igual, la anatomía y la fisiología del cerebro del doctor alemán (Gall) subsisten y subsistirán a pesar de los esfuerzos de Napoleón y de sus imitadores en su numerosa tropa auxiliar".

(No le faltó el coraje de la convicción a nuestro ilustre colega)

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A continuación el fisiólogo Flourens (1824), por el método experimental de la ablación sucesiva de la corteza, intentó demostrar la inexistencia de tales localizaciones detalladas, sin llegar por supuesto a la relación entre corteza y su intelecto en totalidad. Él demostró que esas facultades se perdían en forma progresiva, paralelamente al total de las pérdidas corticales. Pero hoy sabemos que Flourens se equivocó, principalmente por haber experimentado en mamíferos inferiores (roedores, carnívoros) donde, a pesar de no faltar, la diferenciación localizadora estructuro‑funcional es menos marcada.

La primera comprobación de una localización determinada de funciones psíquicas, salió, por eso, recién de la patología humana.

Ya en los tiempos de Flourens, los clínicos (Bouillaud, 1830; M. Dax, 1836 y otros) observaron que lesiones de la región frontal del cerebro humano, especialmente del lado izquierdo, alteraban la producción del lenguaje; pero recién en 1863 pudo brindar P. Broca la primera comprobación aproximada del hecho, mostrando la relación de la porción posterior de la tercera circunvolución frontal izquierda con esa función mental. Empezó a continuación un período fecundo de análogos hallazgos. Wernicke demostró anátomoclínicamente, en 1881, que nuestro lenguaje presentaba dos aspectos esenciales, uno de comprensión auditiva (fase sensitiva gnósica) y otra de producción articulada (fase motora práxica). La primera función residía en la porción posterior temporal (I y II temporal izquierda); en cambio, el "centro de Broca" estaba junto a la zona vecina central (opercular), relacionado con el "lenguaje motor" (praxis verbal).

Figura 10

Entre tanto, se presentaban también hechos conducentes a admitir localizaciones motoras y sensoriales en otras zonas. H. Jackson había creado en 1861 el concepto de la "epilepsia parcial", como producto de excitación patológica de ciertas regiones centrales de los hemisferios del hombre; y, en 1870, Fritsch y Hitzig localizaron experimentalmente ese sitio en animales, en la corteza motora del perro (central anterior del hombre). Goltz, en forma análoga, localizó definitivamente (1876) el "centro de la visión" en el lóbulo occipital y Munk (1877) el de la audición en el temporal.

Con esas conquistas psicofisiológicas, en lo esencial exactas aunque, naturalmente, deficientes todavía en múltiples aspectos, quedó establecida en forma definitiva la diferencia funcional regional de la corteza para determinadas elaboraciones individualmente adquiridas, sensomotoras, conmemorativas y, por consiguiente, psíquicas.

Figura 11

Sin embargo, era necesario un largo camino para comprobar la analogía entre la fisiopatología animal y humana, dadas las particularidades biológicas en la organización ascendente desde los mamíferos inferiores hasta los primates y el hombre. Desde entonces se evidenciaron también en el encéfalo humano, las distintas "zonas" encargadas de elaborar y re-imaginar los "recuerdos" ligados a la orientación en función de nuestros sentidos y la intervención, en función de nuestra musculatura, de la experiencia creciente del individuo en cuanto al ambiente y al introyente (captación de los propios estados y disposiciones), que hoy conocemos como gnosias (orientación) y praxias (intervención) corticales y a las cuales, en el hombre, se agregaron como tercera función cortical la elaboración comunicativa, las "simbolias".

La neurobiología moderna substituye así, con realidades funcionales sensomotoras, los antiguos conceptos dualistas de la fisiología (*) que separaba "sensibilidad y motilidad" como dos funciones distintas, lo que en realidad no es admisible sino en teoría, pero no de hecho.

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(*) Veremos más adelante que en el fondo cada elemento nervioso inferior o superior ejerce a la vez ambas funciones: recibe y emite estímulos, es "sensomotor" por consiguiente.

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Figura 12

 

Esas conquistas de la neurobiología tenían que influir finalmente en las doctrinas psicológicas. Así Fechner (de la escuela de Weber) estableció en 1860 un primer ensayo en su "psicofísica" y Wundt creó, en 1875, el primer instituto de psicología experimental, publicando su "Análisis elemental de la psique" donde aplicó principios orgánicos también para los complejos fenómenos psíquicos.

Ziehen propuso en 1898 una "psicología asociativa", edición modernizada de los pasados períodos filosóficos en Inglaterra y Francia. Preyer analizó la psicogénesis natural infantil y Köhler llegó, con su teoría de la "configuración" (en alemán Gestalt), a una creciente armonía en los postulados actuales histofisiológicos con respecto a la real función cortical (*), creadora de nuestros contenidos psíquicos, si bien el problema "focalización-totalización" está lejos de ser aclarado en todos sus aspectos.

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Ver: Chr. Jakob. - La psicología de Descartes. Anales de la Facultad de Humanidades de La Plata, 1938.

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En el fondo, en todos esos esfuerzos, se trata sólo de ensayos más o menos felices, porque el reconocimiento de la realidad psicogenética y psicodinámica, orgánicamente interpretada, es muchísimo más complicado de lo que antes y actualmente podemos imaginarnos.

Los siguientes capítulos nos orientarán sobre los principios esenciales neurobiológicos así como los problemas técnicos de investigación que se nos presentan actualmente respecto de la posibilidad de una futura solución, siempre más satisfactoria.

 

 

CAPITULO II

 

Orígenes del dinamismo neurovital

 

(Figs. 17 -- 23)

 

Si hoy aceptarnos una plasmogonía natural -ninguna otra hipótesis es para nosotros científicamente posible-, queda determinada, también, la del origen natural del neuroplasma, diferenciación superior del protoplasma.

[Nuestra tradición, especialmente en el período posterior al fallecimiento del Prof. Jakob, viene enfatizando que la funcionalización evolutiva de los psiquismos --para entropizar al máximo el albedo planetario: esa maximización es la que impulsa la plasmogonía, la que al instrumentar la producción diferencial de contenidos mentales, algunos de ellos impulsantes y alicientes (= emociones, cuya presencia actualiza tendencias conductuales generales), logra superar los límites de las máquinas de Turing y, así, colonizar nichos que exigen de los animales un comportamiento improgramable de  antemano--  es acorde con la funcionalización de esa evolución astrofísico-biológica para maximizar méritos y deméritos, los que no tienen otro modo de insertarse en la naturaleza ya que la libertad, en tanto causación, no es simulable y, en consecuencia, la valoración de valores sólo puede obtenerse en finitudes libres asumiendo el riesgo de la incoerción de éstas, es decir bajo un desarrollo nómico (“leyes naturales” generales) que admita fracasos axiológicos. Nota de M. S.]

Ambos elementos se deben haber originado al mismo tiempo, puesto que sin "poder regulador" no era estable ningún protoplasma y el neuroplasma llena precisamente esa función que, en frente del cambio continuo del ambiente, asegura el "equilibrio" del organismo.

Eso ya nos lo enseña la fisiología de los unicelulares, donde la función trófica elemental del protoplasma es constantemente vigilada y controlada en todas sus fases y situaciones, según los estímulos ambientes e introyentes, por un principio regulador, inherente al mismo protoplasma; tales "estímulos" son en el fondo sólo "intercambios de contestaciones" entre el mundo exterior e interior de determinada intensidad: sin tales "intercambios", no se necesitaría la función reguladora del "neuroplasma".

Si para el estudio científico aceptamos un "mecanismo" protoplasmático, este "modelo heurístico" es sólo una ficción, lícita cuando somos conscientes de su "naturaleza abstracta" pues, en realidad, la función reguladora neuroplasmática lo transforma, acto seguido, en "dinamismo", o sea en un mecanismo con poder de autorregulación, por supuesto dentro de cierta amplitud.

Como sin este requisito ningún ser protoplasmático podría subsistir, se deduce que desde un principio la existencia de cualquier organismo unicelular debía encerrar un sistema regulador, o sea un aparato neuroplasmático elemental. La cuestión sobre las fases anteriores de tal "creación natural” pertenece a la metabiología, de la que nos ocuparemos en el último tomo de esa obra. Podemos en cambio emitir opiniones referentes a su organización, que también vemos en los actuales unicelulares. Estos reciben estímulos y elaboran reacciones; por consiguiente, estímulos transformados en reacciones regulan aquí las funciones vegetativas: en las formas más elementales de la vida vegetoanimal. En efecto, también en el mundo vegetal existen idénticas regulaciones de nutrición, respiración, metabolismo, crecimiento, reproducción, locomoción, protección mecánica, etc, que conocemos como "plasmopsiquismo", en forma de tropismos, taxismos, vacuolas contráctiles y circulatorias, etc.

Existe, entonces, en los unicelulares más inferiores (amibas y algas) la función plasmorreguladora, en análoga forma, es decir como poder del plasma común, tal como ocurre en el óvulo fecundado de cualquier organismo pluricelular, el que sólo "virtualmente" encierra su futuro "neuroplasma", regulando entonces sus primeras fases de vida evolutiva (segmentación, gastrulación, etc.), sin intervención neurorreguladora (*).

Si aquí trofoplasma y neuroplasma forman un solo sistema, por el contrario, en los unicelulares superiores (infusorios, flagelados, etc.) ya se nota un principio de diferenciación intraplasmática; aparecen en el "ectoplasma" formaciones fibrilares y ciliares que, en el interior, se insertan en corpúsculos basales (centríolos) y de los cuales se extiende un intercambio regulador con el "endoplasma" celular.

Esta característica organización, ya deja prever el sistema neurofibrilar futuro que observamos como aparato neuroplasmático esencial en toda la evolución del sistema nervioso superior.

[Estas indicaciones, sobre las que el autor venía insistiendo desde 1896, dieron su fruto en un largo trabajo investigativo desarrollado tras su fallecimiento, durante los años 1964 a 1972, por sus sucesores en esta tradición neurobiológica. Esa investigación permitió, finalmente, descubrir la homología filética entre sistemas nerviosos y de control ciliar; fue retrospectivamente sintetizada en el Volumen X de la Folia Neurobiológica Argentina (1996), de cuya exposición copio aquí el segmento pertinente del índice y números de página. M. S.

Chapter 3. 2: Whereof Did Brain Functions Physically Come?....................... 849

 

3.2.1: Which Physiological Features

           Ought Homology-Candidate Primitive Processes to Display?.................. 856

Note on Systematics........................................................................................ 860

3.2.2: Ten General Stages Conserving Referencing by Interference Transients in the

          Evolution of Integrative Functions

          (Outer-Membrane Ciliation, Ciliated Syncitium, and Ciliated Epithelization,

          Before

          Subepithelization, Fibrilarization, Plexusification, Ganglionarization,

          Neuropilarization, Corticalization And Neocorticalization)....................... 862

3.2.3: Mechanisms for Ciliary Control — Their Pressure Selection..................... 868

3.2.4: Mechanisms for Ciliary Control — Operation of Ciliary Sensomotricity.... 872

3.2.5:  The Ciliary Stage in the Phylogeny of Intelligence

          (Ciliary Devices as Effectors and as Object Configurators)...................... 876

3.2.5.1:  Theoretical Framework....................................................................... 877

3.2.5.2:  Physical and Phyletic Priority of Ephapses over Synapses................... 884]

 

 

Desde los plexos neurofibrilares de los celenterados hasta las redes neurofibrilares de las células piramidales de nuestra corteza cerebral se extiende el dominio creciente del "plexo neurofilamentoso" cuya característica parece consistir en una seriación longitudinal "neuroplasmomolatar", o "neuroplasmo-molar", en ordenación polarizada y a través de la cual, formando una cadena de cargas y descargas sucesivas, se puede comunicar el estado de excitación periférica hacia el interior y viceversa, porque, "carga y descarga" formarán, después, en correlación, una "reacción nerviosa", una regulación del equilibrio plasmocelular.

Sobre la intimidad de tales procesos elementales neurofibrilares no estamos orientados todavía; sólo hipotéticamente se podrá suponer que, como en todo proceso vital. se trata esencialmente de un juego fermentativo encadenado y en el cual el efecto analiticosintético, seriado, es acompañado de fases alternantes hidroelectrónicas seriadas (enhidrólisis y exhidrótesis), en las cuales intervienen en forma reactiva, si bien ignoramos los detalles bioquímicos, algunos cuerpos orgánicos con cadenas aminoácidas que parecen actuar en ciertas fases.

Tal "corriente neurovital" no es, entonces, de naturaleza eléctrica, pero sí está acompañada, como todo proceso vital, de fenómenos electrotónicos.

Figura 17

Su velocidad en avertebrados es de 30 m. por segundo o poco más, alcanzando en mamíferos y en el hombre hasta cerca de 150 m. Al problema de la organización intrafibrilar se agrega el no menos importante "interfibrilar", o sea el del contacto central, o fuera de sus unidades estructurales, con los elementos de otra (sinapsis), como ocurre en los pluricelulares.

Aquí, en primer lugar, interesa una cuestión: qué relación funcional existe entre las neurofibrillas que desde las ramificaciones protoplasmáticas aferentes penetran a las células nerviosas y las que formando el axón salen de ésta; como el número de las entrantes parece muchísimo mayor que el de las salientes, debe ocurrir en el citoplasma un proceso de transformación neurocoloidal que ignoramos todavía.

Si las neurofibrillas endocelulares están aisladas entre sí o no, se ignora; dado su lecho común citoplasmático, que las envuelve, sería perfectamente posible un contacto por irradiación o inducción y lo mismo ha de pasar con las redes difusas que se aceptan extracelularmente en los invertebrados; mientras que en los vertebrados, desde los ciclóstomos, empieza este proceder orgánico-técnico verdaderamente genial: el aislamiento sistemático de las vías de carga o descarga ascendente o descendente, por la mielinización progresiva de los axones de los sistemas somáticos, persistiendo las condiciones primitivas para los de los simpáticos, hasta el hombre inclusive.

Figura 18

Es así posible una localización exacta en los sistemas somáticos, mientras que la falta de aislamiento permite la difusión, por contactos inter-axonales, en los víscerosimpáticos, donde una excitación rigurosamente local no es útil.

La aparición filética, recién en los vertebrados, de la mielinización axonal explica también la mielinogonia tardía en la ontogénesis, que empieza hacia la segunda mitad del período fetal para continuar, posiblemente durante toda la fase activa del organismo, en los sistemas neoneuronales.

Pero en el sitio de la sinapsis, donde un sistema termina y otro nace, es donde el impulso nervioso atraviesa un "hiatus". Sobre esa zona de "contacto interneuronal" existen varias opiniones (figs. 14 - 16).

La primera y más antigua es la de una continuación directa de las neurofibrillas de un sistema neuronal al otro acoplado, opinión que sólo se podrá sostener todavía para los plexos nerviosos de los invertebrados (teoría de Golgi, Gerlach y Bethe); la otra, que sólo admite una contigüidad entre terminaciones neurofibrillares, un contacto pasajero entre esas últimas ramificaciones (teoría de Forel, Cajal, Waldeyer), es, según parece, en la actualidad, la mejor fundada para los vertebrados, como también para el hombre.

Figura 19

Pero sobre el proceso íntimo de tal contacto que facilita la "sinapsis", es decir, el pasaje de la excitación o sea de la corriente de un elemento al otro, no hay todavía seguridad; porque tanto sobre la estructura de los últimos "aparatos terminales" (plaquetas, botones, cestas, etc.), como sobre el modo de actuar que podría existir entre plexo terminal y cuerpo celular, o entre dos plexos (uno axonal y otro celular), o entre dos ramificaciones axonales (veremos más adelante que los tres modos son posibles), en algunos casos no hay posibilidad de dictaminar, por falta de técnicas suficientemente finas al respecto.

Figura 20

Hay que agregar que el análisis del proceso íntimo neuromolecular, si bien es seguramente de naturaleza biofísicoquímica, igualmente escapa, todavía, a los métodos conocidos. Se acepta para el pasaje de la excitación sináptica la intervención de substancias químicas específicas, cuya liberación facilitaría tal pasaje (neurocolina, adrenalina, etc.), así como se acepta también para el nervio motor y el músculo excitado o entre célula epiteliosensorial y nervio sensitivo. Una analogía la encontramos en la "sustancia visual" (púrpura, blanca) cuya alteración, por los rayos luminosos, procede encauzando la excitación de los neuroepitelios retinianos. El hecho de la sinapsis está asegurado, pero su dinámica aún permanece como uno de los tantos problemas sin resolver (*).

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(*) Las hipótesis de contracciones y elongaciones de los últimos aparatos del contacto (Duval), u otras, con intervención de movimientos moleculares, de la neuroglía, se han rechazado hace ya tiempo, como veremos más adelante.

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Figura 21

 

En favor del hecho señalado de un proceso de "transformación neuroenergética" en los sitios de contacto, ya sea extra- o intracelular, hablan, también, los estudios emprendidos desde fines del siglo pasado respecto del "tiempo de reacción" en los centros reflejos (arquineuronales) y superreflejos (especialmente neoneuronales).

Se ha comprobado que el tiempo para el primero, o sea para una "arquikinesia", varía aproximadamente 0,02 - 0,03 segundos (término medio, entonces, 0,025 segundos), ahora bien, el camino recorrido exigiría, sin demorarse en los sitios de la sinapsis fibrillo-celular, sólo 0,01 segundo. Así que la "reacción transformadora" ocupa para sí, allí, 0,015 segundos; eso, en las reacciones reflejas arquineuronales tomadas en general, pues existen variaciones según la ubicación y, probablemente, la importancia biológica de las diferentes reacciones.

Figura 22

Si ahora pasamos a reacciones centrales, o sea a neokinesias corticales volitivas, observamos en primer lugar que se alarga naturalmente la distancia, pero en mucho mayor grado el tiempo de transformación sináptica. Frente a los 0,025 segundos de la arquikinesia encontramos cifras que varían de 0,200 hasta 0,300 segundos (término medio entonces: 0,250 segundos). Descontando la distancia mayor, se puede establecer, para la transformación central o volitiva neokinésica, el tiempo de reacción de 0,110 a 0,120 segundos (término medio: 0,115 segundos).

Figura 23

De esto resultaría que la operación neokinésica exige casi ocho veces más tiempo que la arquikinesia; he aquí algo así como la "cuarta dimensión del pensamiento". El hecho de que la realización "refleja" sea ocho veces más rápida que la del "pensamiento" (*) se explica, naturalmente, por el mayor número de "sinapsis intercalares" en este último, una vez eliminadas las diferencias del recorrido.

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(*) Esta relación disminuye progresivamente hasta la mitad de su importe a medida que la acción consciente se transforma, secundariamente, en hábito automatizado.

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Pero existe otra pregunta todavía. ¿Qué es lo que se excita o lo que transita entre dos sistemas funcionalmente acoplados? Para su discusión, hay que recordar que lo que el estimulo, ya sea exterior o interior, evoca en los sistemas nerviosos periféricos aferentes (sensitivos) no es absolutamente igual en su calidad intrínseca; pues, ya sea un estímulo físico, ya uno químico, la corriente nerviosa provocada es invariablemente una "reacción neurovital" sui generis, pero, eso sí, siempre es la misma, "específica", para cada clase de estímulos.

En esta correlación "constante" tiene el organismo la posibilidad de poder distinguir y clasificar los estímulos por sus líneas entrantes así “etiquetadas”, y por consiguiente reaccionar adecuadamente; más todavía, las condiciones especiales y cronológicas, que notamos en la ubicación y seriación de los estímulos, coinciden regularmente con esa organización neurovital, ya que debemos admitir que, tanto objeto como sujeto, están sometidos a idénticas condiciones naturales, espacio-temporales (*).

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(*) Se trata aquí de un problema metafísico, del que recién más adelante nos hemos de ocupar (volumen III).

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Se comprueba, entonces, una "correspondencia ordenada" entre ambas series periféricas, sin la cual el mundo, y nosotros mismos como parte de él resultaríamos un "enjambre caótico" de reacciones sin sentido. Establecido ese orden en nuestros sistemas periféricos, hay que preguntarse ahora, en qué forma se propaga ese proceso en los sistemas acoplados superiores; porque sabemos que a nuestros centros superiores no llega directamente ningún elemento neuronal, sino eso sucede en enlaces cadenarios, a veces muy complicados.

Generalmente se admite, sin reflexionar mayormente, que la "corriente" engendrada en la periferia por el primer "choque estimulante" llegaría en igual forma a los centros superiores. Esto no está absolutamente demostrado. Sin ser posible rechazar de lleno esta opinión, es a priori mucho más probable que dicha corriente nerviosa sufra, en cada "transmisión" a sistemas de segundo y tercer orden, nuevas transformaciones como consecuencia de la organización histológica.

 

[Las siguientes consideraciones, bocetadas por el Prof. Jakob, forman el contexto que sostuvo, tras su fallecimiento en 1956, la identificación, de la modalidad de interacción provista por las entonaciones psicodinámicas entre contenidos mentales, como una nueva acción fundamental de la naturaleza en el rango biológico de los procesos de transferencia de momento; manifestante para observadores finitos sin que, por ello, hubiere de abandonar su extramentalidad, por cierto nómica o regular y no semoviente. Las propagación característica de sus partículas vectoras brindó solución al problema de la retención mnésica de episodios biográficos, lo que no hubiera sido posible si dichas partículas hubieran sido los fotones que median al campo electromagnético de substrato; dichos substratos neurales comenzaron, en el Proterozoico superior, a diferenciar contenidos entonativos como un proceso colateral de la funcionalidad puramente electromagnética de los ganglios, evidenciando esta heterogeneidad de lo que el Prof. Jakob, empleando el léxico de su época, aludía como las “energías” propias de los diferentes segmentos del “arco” sensocogitomotórico. Mal interpretadas fuera de nuestra tradición como si hubieran sido un “vitalismo” jakobiano, sobre todo por los entusiastas repetidores de modas foráneas, al fin terminaron revelándose como una modalidad independiente de acople físico, o “energías” (como decía el Prof. Jakob) con características segregadas en el rango de transferencia de momento propio de los procesos biosféricos. Nota de M. S. ]

 

Se podría oponer que, dada la uniformidad de sistema conductor neurofibrillar, sería improbable una diferencia funcional; pero, recordemos que esos conductores neuroplasmáticos son productos de la diferenciación de sus células de origen y que esas células son ya evidentemente distintas, porque la célula ganglionar del primer neurón sensitivo periférico, ubicado en los ganglios intervertebrales, es bien distinta de los elementos del sistema de segundo orden en médula y bulbo y éstos, a su vez, se diferencian de las del tercer sistema, ubicadas en el tálamo, las que también se diferencian de las receptoras piramidales situadas en la corteza. (Hemos tomado como ejemplo demostrativo la vía sensitiva, pero lo mismo vale, igualmente, para los sistemas motores, cerebelosos, etc.).

De todo esto resulta probable que la "corriente" engendrada en la periferia y que va hacia el centro, o viceversa, no sea un sólo proceso igual en todo, sino que cada segmento de la vía tenga, conforme con sus particularidades histoestructurales, también las suyas funcionales específicas. Así lo que llega, finalmente, hasta su destino, podrá ser bien distinto del alud inicial.

Es así que sostenemos la gran probabilidad de una "transformación neurogenética" sucesiva en la conducción ascendente o descendente, si bien la naturaleza íntima de ella se nos escapa todavía.

De todas maneras, lo que llega a la corteza cerebelosa o cerebral, a los ganglios subcorticales o núcleos motores, es algo notablemente distinto de lo que produjo la primera estimulación.

Agreguemos, además, que como en todo ese proceso se trata de "energías provocadas" en sistemas cargados, ya por su desarrollo ontogenético, hereditariamente, con la "tensión neurovital", variable según organización y destino, debemos aceptar aquí una serie continua de tales "provocaciones", cuya última podría ser tan diferente de la primera como el juego del gatillo con el tiro de la escopeta, que representa también "sistemas acoplados" de efecto provocador (Ausloesungsvorgaenge) sobre energías "latentemente" ya preformadas y cargadas (neurotono).

Consideraciones análogas sugieren también los arcos reflejos, donde la corriente cargante sensitiva provoca la descarga motora. Para ambas deben, dentro de toda semejanza, existir condiciones determinadas de corriente adaptadas a sus diferentes órganos de efecto terminal. Al discutir las funciones corticales de acumulación neuroenergética tendremos que volver sobre numerosos hechos que apoyan esta teoría de la "especificidad funcional" de cada sistema (*).

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(*) Se suele deducir del hecho de la trasplantación exitosa de nervios periféricos sensitivos en la vía motora, la indiferencia funcional de ambos sistemas, pero se olvida, que el transplante generalmente sólo sirve de puente conductor para los axones regenerados del sistema inicialmente funcionante. Otros detalles al respecto, más delante.

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Este concepto se corrobora más aún si nos dirigimos a la discusión del último punto de este capítulo. La pregunta es: ¿cuáles son las reales "unidades biológicas" que actúan en la organización nerviosa?

Generalmente se interpretan los diferentes sistemas neuronales, como tales, aceptando en este sentido los distintos sistemas periféricos o centrales sensitivos, por un lado, y los motores, también centrales o periféricos, por otro. Tal concepto podrá ser posible, provisoriamente, para la enseñanza de la fisiología o la histología aisladas; pero no en neurobiología, donde es completamente inadmisible, para no decir imposible.

Para ella no se trata nunca de elementos sensitivos o motores en sí, sino exclusivamente de su correlación funcional; o sea, con otras palabras: el proceso sensitivo o motor por separado no interesa para nada aquí, pero sí la inseparable reacción sensomotora completa, la que según las circunstancias, resuelve la situación del momento en bien de la biofilaxia reguladora, porque es ésta la misión neuroplasmática que la naturaleza persigue. Así como en los unicelulares recepción y reacción forman la unidad real, en los pluricelulares inferiores es el juego completo del arco reflejo el verdadero y único proceso neuronal; un juego combinado, entonces, entre la neurona aferente y eferente, al cual, en formas superiores, se agrega como inherente el sistema intercalar y en los vertebrados, en forma ascendente a aquellos, los "arcos" cerebelosos, cuadrigeminales, estriados hasta los corticales, encerrando todos, sin excepción, en su arco funcional totalizante los respectivos sistemas aferentes‑eferentes. El verdadero concepto científico posible no es la separación "abstracta" en excitaciones sensitivas o motoras, sino la combinación realizadora estructurofuncional de un juego completo, donde sólo la reacción adecuada decide sobre su valor y existencia.

Todas las unidades neurobiológicas realmente válidas son de naturaleza sensomotora –si no, no tendrían sentido ninguno para los organismos vivos. Ahora vemos nuevamente la enorme importancia de la "sinapsis" entre neurofibrillas aferentes y eferentes. En la intimidad de tal "transformación" del estímulo "sensitivo" en otro "motor", o sea en la "reacción" que tiene que ser su resultante, reposa el valor vital del proceso que, recién así, se transforma en "neurodinamismo".

Es sumamente importante tal concepto “unicista" de la función sensomotora para todo proceso nervioso, pues, si no, persistiríamos en los viejos errores de la anatomía y fisiología "clásicas", que son incapaces de resolver problemas neurobiológicos (*). Todo lo que pasa, entonces, en los centros inferiores o superiores es invariablemente de naturaleza sensomotora a priori, y tales "arcos funcionales" forman los verdaderos elementos de la evolución neuroplasmática que en los capítulos siguientes pasaremos en revista.

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(*) Agregamos que también en la filo- y ontogenia se expresan los mismos hechos en cuanto al origen común de los elementos sensomotores acoplados (ver Atlas III y tomo II de texto)

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(Fin del Capítulo 2)

 

 

Una síntesis de resultados investigativos alcanzados en nuestro país:

 

7. Table of Contents of

Alicia Ávila and M. Crocco

"Sensing: A New Fundamental Action of Nature"

(Folia Neurobiológica Argentina vol. X: Inst. for Advanced Study, Buenos Aires, 1996):

Partial - It is reproduced complete in the next sub-page

[Esta maciza sinopsis, 500.000 palabras de texto más un millar de referencias y densas notas, presenta los resultados de nuestras investigaciones. Ya durante su etapa de discusión recibió diversas distinciones; al desconocerse en el extranjero casi un siglo de trabajos locales, lógicamente resulta muy innovadora. Los breves textos de muestra en esta página de la Red, en conjunto, brindan contexto a la lectura de este Índice y sentido a la transdisciplinariedad mencionada arriba en "Main Technical Ideas /Conceptos técnicos principales" y destacada por el Presidente de la Academia de Ciencias de Berlín en su artículo en Electroneurobiología , "Der Zweikulturenwahn" ("La ilusión de las dos culturas") que reproduzco y traduzco más abajo. MS]

  

Plan of the monograph:

Part 1 (Introductory Overview)

Part 2 (History of Ideas)

Part 3 (Physics of the One-Witness Characterizations)

Outline of chapters and sections:

 

Part One (Introductory Overview):

FORMULATION OF THE PROBLEMATIC SITUATION

 

Chapter 1. 1: Introducing the Feelings-making Tissue and its Problems [The sample text, in § 4 above in this WWW Page, was taken FROM HERE] 

1.1.1: AMIDST WHICH PHYSICAL PROCESSES DID SENTIENCE EVOLVE?  

1.1.2: WHAT EVOLVED AS SENTIENCE?  

1.1.2.1: A REMARK (ON THINGS) AND A CAVEAT (ON PERSONS)  

1.1.2.2: "Should one not move also sodium ions in the soup at the table, or in the brain of the next-door-neighbour?"

1.1.2.3: Separation of the psychisms: the hylozoic hiatus

1.1.2.4: THE CIRCUMSTANCED SEMOVIENT SENSING AS CONSTITUTIVE FINDING (OR: THE BRAIN ORGANON AS NOT MERELY INSTRUMENTAL)

Brains by no means are merely instrumental

Sensing and knowing

Brains by no means are just representational devices

1.1.3: COMMON FEATURES OF BRAIN MODELS  

1.1.3.1: THE STUFF-ORIENTED EQUATIONS  

The contrast "matter-immateriality" puts mindfulness to necessarily emerge out of perfect anorganicity  

Translocative but not alterative transferability for the "commerce in qualities"  

An identity account of cognition  

A terrible blow was a major protecting surgery  

All conscious observer inevitably ought to contemplate a phantasm . . .  

. . . to avoid desincarnate ideas and chimerity  

The axiological and ontic priority of form over matter  

The entrée of potency  

How could anything like to an "impression" be possible?  

1.1.4: NEED OF RETAINING A CLASSICAL DESCRIPTIVE FRAMEWORK  

Outline of quantum approaches to the brain-mind question  

That ostensions of duration require awareness of change not entails that, without changing, experience has no ontic existence  

Relinquishing Kant’s unplanned ægis  

Mismatches amongst the constitution of apprehended contents and of extramentality  

The "neo-monopsychist" or "neo-panpsychist" scenario not stages psychisms, nor even "psychical stuff", but a commiscuum of structural types  

Quantum theory cannot describe nor even make reference to individual psychisms  

1.1.4.1: SCIENCE OF ASSEMBLIES, SCIENCE OF CONGLOMERATES, SCIENCE OF ECLOSIONS  

Three ways to handle and conceive of a universe of pluralities  

Characteristics of the description of nature by classical mechanics  

A primary commonality: How the entities, which the different physical approaches deal respectively with, do eventuate in time.  

The extramentalities-denying heritage  

Isolability allows to observe a plurality of reciprocally external observers, yet neglecting their internal couplings  

How to complete classical and quantum descriptions?  

1.1.5: OVERVIEW OF WHAT IMMEDIATELY FOLLOWS  

Classical physics finds conative apprehension in nature  

Natural selection of a non-Turing functioning is incompatible with any selective evolution of an engrammation of episodes

Photograph I: Severa Velo

This table of contents (English only) is completed in the next page of this Site, jointly with the related paper "Comment l'hylozoïsme scientifique contemporain aborde-t-il la sélection naturelle du parenchyme neurocognitif?"

 

 

 

2006 – CINCUENTENARIO DE LA MUERTE DE CHRISTOFREDO JAKOB – 2006

 

2006 – CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE BRAULIO MOYANO – 2006

 

2006 – Año de homenaje al Dr. Ramón Carrillo – 2006

en el quincuagésimo aniversario de su deceso y el centenario de su nacimiento.

Decreto 1558/2005 de la Presidencia de la Nación

Ver debajo las publicaciones concernientes al mismo

 

2006 – A TREINTA AÑOS DE LA PATENTE BRITÁNICA 1.582.301 – 2006

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SOCIOLOGÍA DE LAS NEUROCIENCIAS

 Pour comprendre l'enjeu :  L’anthropologie ganglionnaire, un psychovirus démasqué (français)

Puede leer, imprimir o guardar en su disco duro esta investigación en versión .PDF (190 kB: recomendada) o .DOC (76 kB).

 

 L'aliénisme en Argentine :  Diego Alcorta (1827) : Dissertation sur la manie... aiguë? (français)

Puede leer, imprimir o guardar en su disco duro esta investigación en versión .PDF (600 kB: recomendada) o .DOC (320 kB).

 

 Metaphors at odds in conceiving organismal-societal government:  The Political Structure of the Brain: Cerebral Localization in Bismarckian Germany (English)

Puede leer, imprimir o guardar en su disco duro esta investigación en versión .PDF (228 kB: recomendada) o .DOC (175 kB).

 

 

ELECTRONEUROBIOLOGÍA

 

Efectos relativísticos en biofísica cerebral:

  An ESSENTIAL preprint:  Effects of relativistic motions in the brain and their physiological relevance (To be published in Helmut Wautischer, ed., Ontology of Consciousness: A Modern Synthesis) (English) (Tema: funcionamiento del cerebro y psiquismo)

Puede leer, imprimir o guardar en su disco duro esta investigación en versión .PDF (496 kB: recomendada) o .DOC (227 kB)

 

MBYKYHÁPE GUARANÍME

SUMARIO Y PÁRRAFOS INICIALES EN CASTELLANO

 SUMÁRIO EM PORTUGUÊS  

ABSTRAKTI SUOMEKSI

SOMMAIRE FRANÇAIS

DEUTSCHES ZUSAMMENFASSUNG

 

 

Diversificación de recursos electroneurobiológicos en la evolución del sistema nervioso:

 

  Anticipo de impreso:  ¡Alma 'e reptil! Los contenidos mentales de los reptiles y su procedencia filética (Introducción a una próxima edición de Biomedicina de reptiles por Juan Carlos Troiano y colaboradores) (Castellano with a VERY LONG English abstract) (Tema: origen del sistema nervioso)

Puede leer, imprimir o guardar en su disco duro esta investigación en versión .PDF (733 kB: recomendada) o .DOC (406 kB)

 

DEUTSCHES ZUSAMMENFASSUNG

auch als .PDF (285 kB) oder .DOC (161 kB)

 

SUMÁRIO EM LÍNGUA PORTUGUESA

SUMARIO CASTELLANO

 

  Anticipo de impreso:   Electroencefalograma y cerebro en reptiles (Fragmentos del Capítulo 2 del libro mencionado, Biomedicina de reptiles por Juan Carlos Troiano y colaboradores) (Tema: el electroencefalograma de los reptiles invierte una relación básica en el electroencefalograma de los mamíferos: con frecuencia el de los reptiles pasa a presentar sincronías cuando están despiertos y a desincronizarse cuando están dormidos, mientras que en mamíferos es al revés. Así, esta sincronización del electroencefalograma reptil no concurre con la desconexión sensitiva del entorno, que encontramos en el sueño mamífero.) (Castellano)

Puede leer, imprimir o guardar en su disco duro esta investigación en versión .PDF (354 kB: recomendada) o .DOC (236 kB).

 

 

Cálculo de potenciales dentro de las células

 Calcule intensidades eléctricas y magnéticas en cada compartimiento neuronal:  The nervous principle: active versus passive electric processes in neurons (Explains how to calculate electric and magnetic field strengths inside different neuronal compartments) (LONG FILE IN ENGLISH with Bulgarian, Russian and Spanish abstracts/TOCs)

Podrá  leer, imprimir o guardar en su disco duro esta investigación en versión .PDF (2 Mb): recomendada) o .DOC (1,5 Mb). También como .html comprimido (compressed .HTML folder: 0,5 Mb) .ZIP.

 

ENGLISH ABSTRACT   

 AБСТРАКТ НА БЪЛГАРСКИ

SUMARIO CASTELLANO

РЕЗЮМЕ НА РОССИЙСКОМ ЯЗЫКЕ

 

Evaluación de potenciales fuera de las células

 Signal analysis to exploit the information of steady-state recordings:  Do’s and don’ts in Fourier analysis of steady-state potentials (Assumptions in the discrete Fourier transform (DFT) not necessarily fulfilled in real-world applications) (English)

 

 

NOCIONES GENERALES

Conceptos:

  Noticia general -- ¿Qué es electroneurobiología? -- La atmósfera intelectual (all in Spanish) -- Main Technical Ideas / Conceptos técnicos principales (English and Spanish) -- El descubrimiento de la Doppelrinde (German and Spanish)

 

  Comentando una "ilusión óptica" / Commenting an "optical illusion":   A visual yet non-optical subjective intonation: una entonación subjetiva visual pero no óptica (English and Spanish)  

 

 

  UNA EXPLICACIÓN ESENCIAL: ¿Por dónde interactúan los psiquismos con sus respectivos cuerpos?   On minds' localization : A confluence of clues from a range of academic topics suggests that minds localization in nature consists of relativistically moving microphysical particles, whose motion is physiologically modulated (English)  

Puede obtener un archivo .PDF (401 kB: recommended) o .DOC (217 kB) para imprimir este trabajo.

 

 

 

 

Historia de las experimentaciones:

  1883: el primer mapeo con electricidad en todo el mundo ­¡durante ocho meses! de un cerebro humano consciente, realizado en San Nicolás, Provincia de Buenos Aires (Spanish)

Table of Contents (partial) of "Sensing: a new fundamental action of nature" (English) -- Índices

 

 1976: La introducción de los conceptos de eclosión existencial y de conocimiento como reacción causal.   A treinta años de la patente británica UK 1582301: inserción del psiquismo en el arco sensoriomotor (Spanish)

 

Puede obtener un archivo .PDF (710 kB: RECOMENDADO) o .DOC (2 MB) para imprimir este trabajo.

 

 

 

Recepción de los aportes de Chr. Jakob en la neurobiología germana

 

  De "La citoarquitectonía de la corteza cerebral":  Constantin von ECONOMO y Georg KOSKINAS (1925) - Kommentar über die Forschungsergebnissen von Prof. Christfried Jakob (Deutsch)

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   The comments on Professor Christfried Jakob's contributions made in 'The Cytoarchitectonics of the Adult Human Cortex' by Professors Constantin, Baron von Economo, and Georg N. Koskinas, rendered in English by Prof. H. Lee Seldon (English)

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Los comentarios de Economo y Koskinas sobre las contribuciones de Christofredo Jakob, traducidos por M. Szirko (Castellano: todavía no disponible)

 

  Adolf von Strümpell (1853-1926) fue factor definitorio en la ruptura de Josef Breuer con Sigmund Freud. Los vínculos de amistad que unían a Christofredo Jakob (1866-1956) con su ilustre maestro y buen amigo nunca se resintieron por la separación que les impusiera la distancia y el tiempo; Jakob, asimismo, respetó el secreto de von Strümpell acerca de la enfermedad que padecía Lenin. -- Oddo y ot.: El Maestro de la medicina platense Christofredo Jakob, discípulo y amigo de Adolf von Strümpell (Spanish: ARCHIVO DE DESCARGA LENTA POR LLEVAR MUCHAS ILUSTRACIONES)

Puede obtener un archivo .PDF (2,5 MegaBytes: VERSIÓN RECOMENDADA) o .DOC (6 MegaBytes) para imprimir este trabajo.

 

  Morphogenetic versus morphofunctional theory -- Franz J. Irsigler's intervention in the Behavioral and Brain Sciences' discussion on the implications of the "initial brain" concept for brain evolution in Cetacea (1988) (English)

Puede obtener un archivo .PDF (256 kB: recommended) o .DOC (106 kB) para imprimir este trabajo.

 

 

Recepción de los aportes de Chr. Jakob en la neurobiología y la sociedad argentina

 

  Herrero Ducloux - Alocución en representación de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales con motivo de la asignación en 1944 al Profesor Dr. Christofredo Jakob del « Premio Eduardo L. Holmberg » correspondiente al año 1942 (Spanish)

Puede obtener un archivo .PDF (277 kB: recommended) o .DOC (170 kB) para imprimir este trabajo.

 

  Piva y Virasoro - Christofredo Jakob, neurobiólogo: científico en diálogo filosófico (Spanish)

Puede obtener un archivo .PDF (391 kB: recommended) o .DOC (466 kB) para imprimir este trabajo.

 

 

  Kurowski - Animal ótico, o homem: aportes de Christofredo Jakob incoporados à "biopsicosociología" de Juan Cuatrecasas na ciência argentina (Portuguese)

Puede obtener un archivo .PDF (385 kB: recommended) o .DOC (813 kB) para imprimir este trabajo.

 

  Kurowski - Animal óptico, el hombre: aportes de Christofredo Jakob incorporados a la "biopsicosociología" de Juan Cuatrecasas en la ciencia argentina (Spanish)

Puede obtener un archivo .PDF (384 kB: recommended) o .DOC (814 kB) para imprimir este trabajo.

 

 

Panorama evolutivo:

 Table of Contents of "Sensing: a new fundamental action of nature" (English) -- Humour... -- Comment l’ hylozoïsme scientifique contemporain aborde-t-il la sélection naturelle du parenchyme neurocognitif? (français)

 

 

 Vom Tierhirn zum Menschenhirn - Die Organisation der grauen Substanz des menschlichen Zentralnervensystems (German and Spanish) -- Christofredo Jakob: su vida y obra (Spanish)

 

 

  ¡Nuevo! Diego Luis Outes - A medio siglo de la muerte de Christofredo Jakob, 1956-2006: Fuentes de la concepción biológica de la Doble Corteza (Spanish)

Puede obtener un archivo .PDF (1,1 MB: RECOMENDADO) o .DOC (1,7 MB) para imprimir este trabajo.

 

 

 

FILOSOFÍA DE LA CIENCIA - CONCEPTO DE TIEMPO EN NEUROBIOFÍSICA

  Why is Time Frame-dependent in Relativity? Minkowski's spacetime as a Kantian 'condition of possibility' for relativistic calculations  (English) -- Abstract: Minkowski spacetime is a condition of possibility for relativistic calculations. It keeps special relativity kinematic (i.e. avoids introducing it it causal dynamics) but in exchange forces relativistic observers to describe at once past, present, and future states along the length of the observed moving entities. This has been considered a proof that past and future components of real entities enjoy an unremitting mode of existence, because, if the world described by relativity were three-dimensional, the kinematic consequences of special relativity and the experiments confirming them would be impossible. The latter is acknowledged as exact but the assumed proof is viewed as incorrect because, such imposition being a Kantian condition of possibility, it cannot reveal anything about what Kant called noumenon, namely extramentality. ( Traducción castellana en preparación ).

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RESUMEN DIVULGATORIO Y PARA ESTUDIANTES EN CASTELLANO

Puede leer, imprimir o guardar en su disco duro el resumen en castellano en versión .PDF (204 kB: recomendada) o .DOC (96 kB)

 

 

 

“ANTAGONISMO ENTRE CIENCIAS DURAS Y HUMANIDADES BLANDAS”

 Hubert Markl: Dementia dichotoma: Der Zweikulturenwahn - La ilusión de las dos culturas  (Spanish and German) -- Vista del Sur: una nota a la American Association for the Advancement of Science, Washington (Presidenta Jane Lubchenco) sobre prioridades científicas (English)

 

 

MALFORMACIONES Y PAPEL DEL ÓRGANO CEREBRAL

 Christofredo Jakob:  Los Monstruos Anencéfalos”  (Spanish)

Puede leer, imprimir o guardar en su disco duro esta investigación en versión .PDF (346 kB: recomendada) o .DOC (280 kB).

 

 

 

BIOÉTICA

  Éthique de la Bio-Éthique  (français)  ¡Nuevo! 

Puede leer, imprimir o guardar en su disco duro esta investigación en versión .PDF (323 kB: recomendada) o .DOC (161 kB).

 

 

 

EL PRESUNTO DUALISMO CUERPO - ALMA

  Soigner et Guérir ? Le rapport soma-psyché et l’archéologie du divorce culturel entre Médecine et Philosophie (français) ¡Nuevo!

Puede leer, imprimir o guardar en su disco duro esta investigación en versión .PDF (373 kB: recomendada) o .DOC (201 kB)

SUMARIO EN CASTELLANO

 

 

 

PSICOANÁLISIS Y FACILITACIóN PSICOSOMÁTICA DE LA ENF. DE ALZHEIMER

 CELOS: Olvido, homosexualidad, desmemoria  [Temas: Celos y olvido. Los celos de los muertos. Celos y homosexualidad. Los significados de ‘Untergang’. La ‘destrucción’ del complejo de Edipo. Una hipótesis acerca de la desmemoria (destrucción de la memoria). La enfermedad de Alzheimer.] (Spanish)

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PERICIAS JUDICIALES Y CASUÍSTICA

 Pericia médica en un caso de lisencefalia [Temas: Derecho de incapaces. Fundamento científico de la tutela jurídica de la adjudicación de recursos para enriquecimiento experiencial (calidad de vida) de oligofrénicos con retardo profundo del desarrollo intelectual. Acuerdo de juspositivismo y jusnaturalismo al respecto.] (Spanish)

Puede leer, imprimir o guardar en su disco duro esta investigación en versión .PDF (300 kB: recomendada) o .DOC (150 kB)

 

 

 

NUESTRA GENTE

 

  Palabras del Dr. Arturo Carrillo recordando a su hermano Ramón (Spanish) archivo sonoro que puede escucharse o descargarse desde aquí.

 

 

  Arturo Carrillo, con la colaboración de Augusto Raúl Carrillo : segmentos de su libro "Ramón Carrillo. El hombre... El médico... El sanitarista" (Spanish)

Libro declarado de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

 

seguidos de una Noticia biográfica del Dr. Arturo Carrillo (Spanish)

 

Puede obtener un archivo .PDF (2,45 MB: recommended) o .DOC (2,1 MB) para imprimir estos dos trabajos.

También puede descargar esos archivos comprimidos, como.PDF.ZIP (2,1 MB: recommended) o .DOC.ZIP (1,7 MB) para guardar o imprimir posteriormente estos artículos.

 

_____________________________ 

 

 Breve reseña biográfica: Ramón Carrillo, el Gran Sanitarista Argentino, por Marcos Ordóñez (Spanish)

 

 Breve semblanza personal: Recuerdos de Ramón Carrillo, con diez fotografías inéditas de Carrillo, la madre del presidente Perón y la hija de éste, la campaña sanitaria de la Patagonia y la formación de médicos becarios latinoamericanos, por Arturo Pimentel (Spanish)

 

 

 

 

 

ESCATOLOGÍA – POSTMORTALIDAD – EL PUESTO DE LA HUMANIDAD EN LO REAL

(ESCHATOLOGIE – LEBEN NACH DEM TOD – DIE STELLUNG DES MENSCHEN IM KOSMOS)

  A Palindrome: Conscious Living Creatures as Instruments of Nature; Nature as an Instrument of Conscious Living Creatures.  Cuando tanto materialistas como idealistas nos describen todas las cosas tomadas en conjunto, hoy los científicos les podemos replicar: "Sé verlas al revés" (English).

[Nota para distraídos: "Sé verlas al revés" es también un palindrome]

 

SUMMARY: It is reported a palindromic relationship between the astrophysical-biological evolution and the experiencing beings in it. The issue is related with ascertaining if nature is an instrument (as merely a means), instead of having any intrinsic value (an end in itself); and, likewise, if conscious beings are merely a means (one to entropize nature faster) or either possess any intrinsic value. Two possibilities are deemed not indifferent in this regard: either reading the whole set of empirically-found realities or facts makes sense in both directions (palindromic reading of nature), or, rather, that sense can only be ascribed to such a set by reading it in some single direction. A single direction means reading nature in a classic, materialist or idealist sense; both directions' sense means a mirror or reciprocal functionalization, in which each of both realities (mind-possessing living creatures, and astrophysical-biospheric evolution) uses for its own ends the reality that uses it as a means. At stake, therefore, is establishing if axiological readings ascribing a sense to what is found going on in the universe can be obtained in both directions, or not. On this alternative, it is claimed, pivots the possibility of ascertaining, e.g., whether conscious beings are worthier than non-conscious nature, or not - a topic assumed consequential for philosophy, ecology, ecofeminism and biocentric environmental movements, and ethics.

 

 

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PROCEDIMIENTO

 Los "Cortes de Jakob":  Christofredo Jakob: La técnica moderna en la autopsia del cerebro. Exposición clara y didáctica de la técnica, por su autor, con ilustraciones y la explicación de sus fundamentos (Spanish).

 

Puede leer, imprimir o guardar en su disco duro esta investigación en versión .PDF (2 MB: recomendada) o .DOC (1,6 MB).